Revelan que hijo de narco asesinado en Olímpica siguió al sicario con arma
Cada hora que pasa luego del doble crimen ocurrido en la tienda Olímpica de la calle 82 con carrera 53 la noche del miércoles deja más detalles sobre lo sucedido. El general Diego Hernán Rosero, comandante de la Policía Metropolitana, afirmó que un hijo del excapo Libardo Parra González persiguió a los sicarios luego de que estos cometieran el atentado.
Según el oficial, los delincuentes empezaron el seguimiento a Parra González, apodado ‘El Guajiro’, desde que este salió de su casa, al parecer, acompañado de varios parientes. Luego, uno de los asesinos entró al local comercial e hizo creer que estaba haciendo compras.
Parra González y quienes lo acompañaban se demoraron dentro del lugar ya que “hicieron una compra grande”, de acuerdo con Rosero. Esto habría desesperado a los sicarios quienes decidieron actuar cuando la víctima y quienes estaban con él ya habían llegado a la caja 11 para hacer el pago.
El general dijo que en el video de las cámaras de seguridad se observa el momento en que ocurre el ataque a bala. “Cuando ocurrió todo, el hombre estaba sentado”, precisó el oficial. Fue cuando lo hirieron y las balas también alcanzaron a Katherine Martínez, la inocente cajera que murió al día siguiente.
Se había informado inicialmente que dentro de la Olímpica se registró un intercambio de disparos, sin embargo, el general Rosero precisó que “no está establecido que haya ocurrido un intercambio de disparos”. O por lo menos en los videos, al parecer, no se evidencia.
Lo que sí aseguró el oficial es que “hay un arma de fuego que estaba en propiedad de su esposa”. Al parecer, tras el atentado la mujer abrió el bolso y un hijo de la pareja, según versión del general, sacó de ahí un arma de fuego con la que persiguió a los sicarios. “El hijo sale en persecución del sicario. Analizamos si accionó el arma”, explicó Rosero.
EL HERALDO también conoció que se están haciendo pruebas de balística para determinar la trayectoria de las balas que impactaron tanto a Parra González como a Katherine Martínez para determinar cuántas personas dispararon.
El general igualmente contó que de las personas que acompañaban a Parra González en el establecimiento comercial, no todas estuvieron en la clínica a donde lo llevaron herido.
Hasta el centro asistencial llegaron los encargados del caso, incluso un fiscal que se puso al frente de la coordinación de la indagación. Sin embargo, no obtuvieron mayor información por parte de los parientes que estaban esperando las noticias de los médicos sobre Parra González.
“Los otros que decían que eran su escolta no aparecieron en la clínica. Hemos verificado y él no tenía servicio de vigilancia privada”, expresó el oficial.
Rosero también dijo que se hizo una verificación con las empresas que prestan servicio de seguridad personal y ninguna confirmó un pedido de protección a nombre de Parra González.
Igualmente, el oficial descartó que el sujeto tuviera un esquema de seguridad por parte de la Unidad Nacional de Protección y mucho menos de la Policía.
Las líneas investigativas que tiene la Policía frente al caso se basan en dos aspectos. El primero es el historial delictivo de Parra González toda vez que fue un líder del denominado Cartel De la Costa.
“Era una persona que se movió gran parte de su vida en la criminalidad, estuvo extraditado en una cárcel y ahí hace una maestría y doctorado en criminalidad. Al regresar no tiene una actividad, una profesión”, afirmó Rosero, quien dijo que la primera hipótesis es un “cobro de deudas viejas.”
La segunda línea investigativa se basa en la actual actividad del ‘Guajiro’. “Tenemos establecidas hipótesis sobre su actuar. Posiblemente relacionada con narcotráfico y apropiación de tierras, de esa mafia que existe”, afirmó Rosero. “Hay altas dudas de las actividades que venía realizando, pero muy probablemente, ilegales”, continuó.
Esas presuntas actividades las habría estado realizando en municipios de Magdalena y La Guajira. También es por eso que la Policía presume preliminarmente que los sicarios que orquestaron el ataque “Vinieron de otro departamento vecino al Atlántico y llegaron a la ciudad con la intención de este hecho criminal”, expresó el general.
Este medio también consultó con fuentes allegadas a la indagación, investigadores que llevan varios años trabajando en la resolución de crímenes.
Uno de ellos dijo que una particularidad del atentado es que haya sido en el norte de la ciudad y en un lugar que podría ser muy concurrido.
“Esto lo que demuestra es la seguridad de los delincuentes o que no tenían mucho conocimiento del sitio en el que estaban. Quizá se enfocaron sobre todo en la víctima, si tenía armas o escoltas. Ellos sabían que si dejaban que el hombre subiera a su carro, podría escaparse. Y eso lo evidenciamos porque el seguimiento fue largo y pudieron hacer el atentado en otro lugar», expresó el investigador.
La Policía hizo la recolección de los videos de las cámaras de seguridad del sector para avanzar en la indagación.
El dolor que sienten Melany Álvarez Martínez y su familia tras la muerte de su mamá es irreparable. La mujer, cajera de la Olímpica, fue asesinada en medio de un atentado sicarial contra un excapo del narcotráfico en el norte de Barranquilla.
Al pronunciar el nombre de la mujer que la trajo al mundo —pero que hoy ya no está— la joven de 18 años no puede contener las lágrimas que demuestran el dolor y la rabia que la embargan por la forma en la que su mamá le fue arrebatada.
En la vivienda en la que residía Katherine Martínez, de 41 años, ahora se siente un ambiente tenso y silencioso. Cuando alguno de los presentes recuerda a la mujer se escucha el sonido de un profundo llanto.
Con la mirada ida y con un tapaboca fucsia, Melany recordó a su mamá como una mujer “alegre y siempre con una energía extraordinaria”.
“Yo heredé la alegría de mi mamá y sí, ella era una persona muy extrovertida. Siempre que estábamos reunidos ella hacía bromas y disfrutábamos mucho”, sostuvo la joven estudiante de mercadeo y ventas en diálogo con EL HERALDO.
Por las mejillas de la joven corrían lágrimas y gotas de sudor, esto mientras contaba lo terrible que fue recibir la noticia de lo que le había ocurrido a su progenitora.
“Es muy triste que uno se vaya un día y que te llamen en la noche un día a decirte que tu mamá está en el hospital, o sea, es demasiado triste. En esta ciudad no hay seguridad de nada”, añadió.
Una de las cosas que más extrañará la adolescente es lo que ella llamaba “intensidad” cuando Katherine le pedía que arreglara la cama y sus cosas.
“Nosotros hablábamos por la noche cuando ella regresaba del trabajo y cuando yo también llegaba de hacer las prácticas de mi carrera. Veíamos novelas, comíamos y siempre reíamos mucho porque las dos eso era lo que más disfrutábamos hacer”, contó. elheraldo.co