26 de noviembre
Internacional

Comercio de América Latina registró en 2020 su peor año desde la crisis financiera debido al Covid-19

Las restricciones impuestas en todo el mundo para contener la pandemia de COVID-19 hicieron que el pasado fuera el peor año en materia de comercio exterior para América Latina y el Caribe desde la crisis financiera mundial de 2008-2009, afirmó un nuevo informe de la Comisión Económica para la región (CEPAL).

La pandemia del coronavirus agravó el año pasado la tendencia negativa que ya se observaba como consecuencia de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, el nacionalismo económico y la disminución de la cooperación multilateral, entre otros factores, señala la comisión económica para la región, que alerta de “la desintegración” comercial de América Latina y el Caribe.

El documento detalla que las exportaciones regionales se contrajeron un 13%, mientras que las importaciones cayeron un 20%, aunque aclara que estas cifras fueron menores a las proyecciones hechas en agosto, gracias a que hubo un repunte de la demanda en los países socios de la región, especialmente en China.

La Comisión Económica para América Latina afirmó que el camino para remontar la crisis e impulsar la recuperación es la integración regional, junto con la reducción de las desigualdades de género.

Al presentar el informe en una conferencia de prensa virtual desde Santiago de Chile, la titular de la Comisión advirtió que, desde mediados de la década pasada, la región se ha “desintegrado” comercial y productivamente y que esto ha coincidido con su menor crecimiento en siete décadas.

“Esto es muy preocupante, porque el comercio intrarregional es el más conducente a la diversificación productiva, la internacionalización de empresas (principalmente las PYMES) y la igualdad de género”, agregó.

El estudio platea que para revertir esta desintegración, es necesaria una agenda compartida en materia de facilitación del comercio, infraestructura de transporte y logística, y cooperación digital para generar sinergias regionales en sectores clave.

Bárcena explicó que urge establecer mecanismos para superar la fragmentación del mercado regional y apoyar un repunte sostenible e inclusivo.

Arguyó que los beneficios de la integración están a la vista aún en el contexto de la emergencia que se está viviendo.

“La pandemia nos ha enseñado, por ejemplo en el turismo, que la gente opta por destinos o servicios más cercanos. Todos queremos sentirnos más seguros y preferimos no hacer desplazamientos a lugares lejanos”, citó y reiteró que si se amplía la integración, se puede aprovechar esta coyuntura para echar a andar una recuperación viable.

Además, subrayó que es vital impulsar la participación de las mujeres trabajadoras y emprendedoras en sectores dinamizadores y en las cadenas productivas regionales para una recuperación transformadora con igualdad de género y sostenibilidad.

El informe asevera que la especialización productiva y comercial combinada con la segregación de género en el mercado laboral condiciona la cantidad y tipo de empleo de las mujeres en el comercio internacional. Según datos de 2018, de diez países sudamericanos y México en 2018, una de cada diez mujeres trabajadoras participan en sectores asociados a las exportaciones.

Las mujeres se concentran en pocos sectores (industrial textil y confección y en algunos servicios como el turismo), mientras que los hombres están distribuidos en todos los sectores exportadores.

La responsable del organismo recordó que las mujeres han sido las más afectadas en la pandemia por varias razones: “Porque participan en sectores de alto riesgo; porque han sido muy presionadas respecto a la economía del cuidado; porque han tenido que volver a sus hogares para cuidar a sus niños, a adultos mayores, a los enfermos”, dijo.

“Hay pocos sistemas de cuidados en nuestra región y en ese sentido las mujeres han tenido muchas veces que dejar de trabajar para atender estas necesidades [atender a la familia]”, recalcó.

Explicó que también han sido perjudicadas por su alta participación en los sectores del turismo, el comercio, los restaurantes y otros servicios asociados al turismo.

Bárcena sostuvo que es vital apoyar a las mujeres en el mediano plazo “para que se puedan fortalecer en sus sectores de trabajo”.

“Muchas son emprendedoras, muchas son jefas de familia, requieren un apoyo fuerte en materia financiera y en términos tecnológicos para que logren una incorporación plena al mundo digital. Creo que esto [puede conseguirse] con cuestiones de políticas y medidas afirmativas en las que tenemos que lograr que más mujeres participen en encadenamientos regionales asociados al turismo, a la salud, a la industria manufacturera de la salud, a los textiles, a la maquila en general, todos estos son sectores con alta participación de mujeres”, enfatizó.

Reiteró que es imperativo que haya servicios públicos “para fortalecer la economía del cuidado y evitar que las mujeres tengan esta gran sobrecarga y, por lo tanto, puedan participar más ampliamente en el mundo laboral y puedan habilitarse en sectores de gran innovación”.

De acuerdo con la CEPAL, la pandemia ha agudizado tendencias que ya se observaban en el comercio mundial, como las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China; el creciente nacionalismo económico y la conflictividad en las relaciones comerciales; el debilitamiento de la cooperación multilateral; la digitalización de la producción y del comercio; y la tendencia a la regionalización de la producción mediante el nearshoring (ubicación de proveedores en países más cercanos al mercado objetivo) y el reshoring (relocalización de procesos productivos y tecnológicos estratégicos al país de origen).

No obstante este panorama, indica que la recuperación de los precios de los productos básicos y el aumento de la demanda en Estados Unidos, China y Europa sentaron condiciones para una recuperación incipiente de las exportaciones regionales desde el segundo semestre de 2020.

Esta mejora es incierta y podría evaporarse dados los picos de contagios que ocurren nuevamente en muchos países y la lentitud de la producción y distribución de vacunas.

El desglose de datos colocó a Centroamérica como la subregión con la menor caída de las exportaciones (-2%), debido a que sus ventas al exterior se centran en productos básicos como los agroalimentarios y farmacéuticos.

En Sudamérica y México, en cambio, las exportaciones bajaron un 13%. El Caribe registró el peor número de la región con una caída del 16%.

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