23 de noviembre
Opinión

A dónde fue a parar esa famosa ‘palabra de gallero’

 

Por: Roda

Hubo una época en nuestra región donde la palabra empeñada era algo sagrado para todo el mundo. Una promesa o compromiso se debía cumplir costara lo que costara.   Fue la época en que se acuñó esta vieja frase, que sintetizaba ese sentir: ‘palabra de gallero’. Con eso, ya estaba todo dicho, no era necesario firmar ningún compromiso, porque la sola frase no solo tenía un gran significado, sino el valor que correspondía al honor, la seriedad y la confianza empeñada de una persona.

Era tanto la valía de esa frase, que cuando se referían a alguien responsable con sus compromisos, decían “es que tiene palabra de gallero”; sin importan su profesión u oficio; y cuando se trataba de un político era considerada la persona más seria en ese roll; tan seria, que su solo nombre, generaba respeto y admiración.

Hoy, lastimosamente no podemos decir lo mismo de nuestros actuales políticos, jóvenes o mayores. ya esa frase, con la mayoría se fue a rodar, se perdió, se la tragó la ambición, la arrogancia, la prepotencia y la mentira, que impera en un altísimo porcentaje de personajes dedicados al servicio público, y que pese a que saben que se deben al pueblo, le mienten descaradamente con falsas promesas, en épocas de campaña que muy pocos cumplen. Y esto que hoy solo me refiero al plano regional.

Lo más triste es que esos personajes luego de empeñar su palabra, se esconden, no responden celular, y lo peor, luego ni conocen a las personas que los ayudaron a lograr sus curules o cargos.

Así hay una cantidad de alcaldes, representantes, concejales, diputados, y muchos otros que logran un escaño político.

Sin embargo, no todos son iguales, existen excepciones, de otrora y de ahora, que son personas de grata recordación para paisanos, seguidores y amigos.

De los que se marcharon ya, vale recordar a el exalcalde Aníbal Martínez Zuleta, con su carisma y su entrañable amor por sus paisanos, jamás será olvidado.

Otro gran político fue el exsenador Pepe Castro, cuyo nombre permanece en las nuevas generaciones, referenciado por sus mayores.  Esa  bandera del patriarca la  recibieron sus nietos, uno de ellos, el actual alcalde de Valledupar, del cual se espera que deje en alto ese legado de servicio.

Y de los que le siguieron los pasos, otro claro ejemplo es el exgobernador Mauricio Pimiento. Pese a que el tiempo pasa, sigue con sus seguidores y amigos de siempre, que lo visitan cada vez que llega al Valle. Algo debió hacer bien Pimiento para no perder el cariño de sus coterráneos.

La casa de Ricardo Chajìn vive todo el tiempo llena, parece el consulado del sur del Cesar; una persona servicial que no olvida a los suyos, ni su gente se olvida de él.

El exsecretario de Salud, Rodrigo Ríos, fue y sigue siendo amigo de sus amigos.

Y de esta nueva generación vale la pena destacar al actual gobernador del Cesar, Luis Alberto Monsalvo, una persona que no se anda con términos medios, ni se le esconde a nadie; sí empeña su palabra, cumple, así le cueste. Su sí es sí, y su no es no.

Por lo demás, hay una fila de exseguidores, muy desilusionados que aún tienen la esperanza de ver aparecer por alguna calle de su barrio o de su pueblo, -así sea en víspera de nuevas elecciones- a aquellos que prometieron un mundo de ilusiones y luego de ser elegidos, se esfumaron como lluvias de verano.

Y “al que le pique que le pique, por mí que se siga rascando”

 

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