25 de noviembre
Historias

 

 

Especial 53 años: Razones para creer en el Cesar 

Con la madurez de los años, el departamento del Cesar ha alcanzado un estado avanzado de desarrollo. De los caminos polvorientos que hace más de cinco décadas unían al territorio del Magdalena Grande, donde de este lado se forraban los campos de algodón, hoy existen modernas vías que impulsan el dinamismo económico y la movilidad de la región.

El Cesar es tierra de pujanza, la misma que hace 53 años permitió a un grupo de entonces jóvenes dirigentes vallenatos darse la tarea de segregarse de la vasta extensión del Magdalena, y consolidarse como un pedazo de Colombia con autonomía administrativa.

La cosa comenzó por La Guajira. Dos años antes fue el senador José Ignacio Vives Echeverría, quien lideró la causa independentista del hermano territorio, lo que motivó más la idea que se gestaba en Valledupar. Sin embargo, el mismo ‘Nacho’ Vives, como era conocido el entonces congresista, se opuso inicialmente a la creación de un nuevo departamento, sumado a ello la resistencia capitalina, y la misma renuencia del presidente Carlos Lleras Restrepo.

Y como siempre se ha caracterizado desde sus raíces, la gente de este pueblo no se amilanó, por el contrario se llenó de valentía, y se creó un comité de apoyo a la gesta separatista. Clemente Quintero Araujo convocó al bloque parlamentario costeño de la época; de la causa también hacían parte el parlamentario José Antonio Murgas, Pedro Rodríguez, Efraín Lacera, Delio Ospino, Fernando Botero, Armando Maestre Pavajeau, Aníbal Martínez Zuleta, Amador Ovalle, Jorge Morales, José Guillermo Castro y Alfredo Araujo, entre muchos otros.

El proyecto de creación del departamento, fue presentado en el Congreso por el entonces senador José Antonio Murgas, y después de un proceso de defensa al naciente Cesar, el 21 de junio de 1967 a través de la Ley 25 se da vida al Decreto de conformar la primera junta organizadora del departamento. El 21 de diciembre de ese mismo año, se oficializa el nuevo ente territorial de Colombia.

LA BONANZA DEL ALGODÓN 

De acuerdo con un informe sobre economía regional, elaborado por el Banco de la República, la fundación del Cesar fue resultado de un proceso que había empezado varios años atrás, en el que confluyeron factores económicos, sociales y culturales.

“La bonanza algodonera que experimentaba la zona, la identidad creada alrededor de expresiones culturales, además de la desidia y olvido de la clase dirigente samaria jugaron un papel fundamental para la fundación del nuevo departamento. Cuando fue creado, el Cesar contaba con 13 municipios, los cuales tenían en Valledupar su capital. Como primer gobernador fue designado Alfonso López Michelsen, hijo del ex presidente Alfonso López Pumarejo”, señala el estudio.

Durante la segunda mitad del siglo XX el algodón fue el producto jalonador de la economía cesarense. En los años del auge, el departamento concentró cerca de la tercera parte de la producción de algodón del país. En la década de 1970 el número de hectáreas cultivadas llegó a su máximo histórico superando las 100 mil.

Había tanto trabajo, que mucha fuerza laboral llegó de departamentos vecinos para calmar la demanda. Era la época del ‘oro’ blanco, que sin duda le dio un impulso a la economía; pero luego vino la caída de los precios internacionales del algodón, a comienzo de los 80, a lo que después se sumaron altos costos de insumos, el recrudecimiento de la violencia y políticas desacertadas, que dieron al traste de la mota blanca.

Pero tampoco, como en su propósito de creación el Cesar se quedó atrás, y ya cuando el algodón a mediados de los 90, no era ni sombra del pasado, llegó el boom de las minería, los grandes yacimientos de carbón en el centro del territorio se convirtieron en un nuevo motor económico y social; pero el departamento nunca ha perdido su vocación agropecuaria, y a la par de la actividad minera, han crecido otros renglones del agro como la palma de aceite, cuya producción actual supera las 90.000 hectáreas, sin dejar a un lado alternativas con grandes potencialidades como el cacao y el café.

CUENCA LECHERA 

El Cesar es uno de los principales departamentos ganaderos de la Costa Caribe. La mayoría de su hato está dedicado al doble propósito, es decir, a la producción conjunta de leche y de carne.

“De aquí se destaca Valledupar, por contar con el mayor número de vacas en ordeño, los mayores rendimientos por vaca, y por ende, con la mayor producción de terneros y de leche del departamento. Por esto, no es casualidad que una de las plantas procesadores de leche en polvo más grandes del país, la Dairy Partners Americas (DPA), se encuentre en esta zona”, señala el informe del Banco de la República.

El departamento cuenta con un hato cercano 1.5 millones de cabezas. En el norte del departamento se ubica una cuenca productora de leche y ganado flaco muy importante a nivel departamental y regional. El sur es una importante región productora de ganado gordo. La  ganadería cesarense es un sector muy significativo y de necesaria consideración en las agendas de políticas futuras.

Actualmente la Gobernación del Cesar adelanta proyectos de fertilización invitro para mejorar genéticamente la producción ganadera, arrojando con éxito las primeras preñeces.

VÍAS PARA EL DESARROLLO 

Sin duda alguna, el empuje de su gente y de la clase dirigente, ha hecho hoy del Cesar un territorio próspero, en medio de las dificultades coyunturales que se han presentado a lo largo de su historia. Una de las grandes bondades es la infraestructura vial con la que cuenta el departamento.

La red vial ha merecido inversiones significativas tanto del Gobierno Nacional, como de los planes departamentales para mejorar la conectividad del Cesar, que ostenta una ubicación privilegiada para la comunicación de la costa con el interior del país. La reactivación de la Ruta del Sol, es uno de los logros más importantes para renovar la infraestructura, pero también la habilitación de cientos de kilómetros de vías secundarias y terciarias, para que los campesinos puedan sacar sus cosechas a los perímetros urbanos.

En el tema de infraestructura vial, el Gobierno Nacional acaba de aprobar dos importantes proyectos al departamento del Cesar. Se trata de la autopista Pepe Castro que unirá en línea recta a Valledupar con el municipio de La Paz, con una inversión de 66.000 millones de pesos, que generará unos 900 empleos, además de dinamizar el flujo vehicular ante la ya colapsada carretera por la curva del Salguero; y la otra: el tramo 4 Vientos-Codazzi, con una destinación de 60.000 millones.

El Proyecto Ruta del Sol, tramo 3, tiene un alcance de 940 km, donde se van a construir una vía nueva (segunda calzada) de 476 km y el mejoramiento de 464 km, con un valor de $3.45 billones de pesos. La obra va desde San Roque hasta la Y de Ciénaga, y por el otro lado desde Valledupar al Carmen de Bolívar; es decir que abarca toda la costa norte del país. Además, se crearán cerca de 3 mil empleos, dinamizando la economía de la región.

Con un Banco de Maquinaria Amarilla, el actual gobierno del Cesar, avanza en la rehabilitación de caminos rurales, mientras también se ejecuta un plan vial departamental.

POTENCIAL TURÍSTICO 

El departamento del Cesar se ha convertido en uno de los principales destinos turísticos no solo del país, sino del mundo. Favorecido por la naturaleza, con una variedad de climas, bañado por ríos que han servido de inspiración de cantos vallenatos, montañas y sabanas, con hermosos paisajes, es tierra de encanto, de mitos y leyendas.

De norte a sur, de este a oeste, este territorio se caracteriza por las bondades naturales asociadas con una gastronomía típica, que hacen de esta, una tierra atractiva para propios y extranjeros.

Los balnearios de Hurtado, La Vega, La Mina y El Rincón, en el norte de Valledupar; la imponente ciénaga de Zapatosa, en jurisdicción de Chimichagua, Tamalameque y Curumaní; el río Magdalena que baña a La Gloria, Gamarra y Tamalameque; los bosques de Aguachica, la Sierra Nevada de Santa Marta, y la serranía del Perijá,  los monumentos, la música y la cultura, hacen parte de todo ese portafolio que tiene el Cesar para ofrecer.

LA MÚSICA VALLENATA 

Nació en los campos, con los cantos de vaquería. Juglares a lomo de mula o caballo fueron cantando sus historias de amores y desamores, a la naturaleza, a los animales, a los amigos y las parrandas. Aunque inicialmente parecía destinada a quedarse en los corrales, fue la música vallenata la que contribuyó a abrirle espacios en las altas esferas de la sociedad capitalina, a la consolidación de la creación del Cesar.

El maestro Rafael Escalona, fue una especie de embajador de esta música. El vallenato saltó de los corrales a los salones sociales, y de ahí se catapultó al interior del país, iniciando una carrera imparable que traspasó con éxito las fronteras.

El 29 de noviembre de 2013, el vallenato tradicional fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación por el Consejo Nacional de Patrimonio del Ministerio de Cultura.​ El primero de diciembre de 2015 fue incluido en la lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, en la lista de salvaguardia urgente por la Unesco.​

De grandes exponentes e intérpretes, este género musical es sin duda uno de los más reconocidos internacionalmente, lo que también ha dado reconocimiento mundial al departamento del Cesar.

PRUEBAS DE FUEGO 

Son muchas las situaciones difíciles que ha enfrentado el territorio a lo largo de 53 años. Una de las más cruentas fue la marcada época de violencia, que dejó una estela de muertes, desapariciones, secuestros, terror y sangre, con el conflicto que se vivió entre guerrilleros y paramilitares.

La población en medio de la confrontación sufrió y puso su cuota de sacrificio con más de 300 mil víctimas. El tejido social en muchas poblaciones se quebró, pero se regeneró, tras soportar los embates de los grupos armados.

Sanó sus heridas, se desmovilizaron las Farc y las AUC, y retornó una relativa calma que pudo permitir que los productores volvieran con más tranquilidad al campo; aunque todavía persisten algunas estructuras en mantener su accionar delictivo, enfrentándose a una fuerza pública más consolidada.

Y en medio de la calma relativa, llegó una de las mayores pruebas de fuego a nivel mundial: El coronavirus, al que con toda la institucionalidad se ha hecho frente a esta pandemia.

El fortalecimiento de la red hospitalaria, estrategias de contención, búsqueda activa de casos, y medidas de control, han facilitado, pese a los cerca de 1.000 muertos que deja en el departamento, frenar la propagación del virus, registrando este territorio una desaceleración de la curva de contagios, pero con la advertencia del autocuidado para evitar que se siga expandiendo.

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