Francia y unas vacaciones navideñas atípicas: toque de queda por el Covid-19
Se ha agravado la situación epidémica a pesar de las medidas.
Los franceses inician este viernes las vacaciones navideñas más especiales en décadas, con el país bajo fuertes restricciones por la pandemia, un empeoramiento de la situación epidémica a pesar de las medidas y hasta el propio presidente contagiado.
Un mes y medio de confinamiento que concluyó el pasado martes solo bajó el número de casos, pero no controló totalmente la segunda ola de una pandemia que desde marzo ha causado 2,42 millones de casos y 59.619 fallecimientos.
«El virus sigue circulando de forma relativamente importante», advirtió hoy el presidente del comité científico que asesora al Gobierno, Jean-François Delfoissy.
Macron, enfermo y aislado, pero trabajando
El propio jefe de Estado, Emmanuel Macron, está enfermo de coronavirus, según anunció ayer el Elíseo, y se ha aislado en La Linterna, la residencia oficial de los mandatarios en el complejo palaciego de Versalles, a las afueras de París.
La presidencia no ha informado hoy sobre su evolución. Su última comunicación indicaba la pasada noche que Macron sufría tos, fiebre y agotamiento, lo que no le impidió participar vía telemática en un evento sobre ayuda al desarrollo, aunque con visibles signos de cansancio.
Mientras tanto, el primer ministro, Jean Castex, y el presidente de la Asamblea Nacional, Richard Ferrand, continúan en aislamiento por precaución.
El contagio y la elevada actividad oficial de Macron siguen trayendo cola.
Los medios franceses informan hoy de que dos asociaciones (una de víctimas de coronavirus y otra de comerciantes afectados por los cierres) presentaron dos demandas judiciales por «poner en peligro la vida de otros» en una cena celebrada el miércoles en el Elíseo a la que asistieron más de seis personas, la cifra máxima recomendada por el Ejecutivo.
Una de las demandas se dirige contra X, sin especificar a un presunto responsable, y la otra contra el primer ministro.
A nivel epidémico, el país sigue lejos del techo de 5.000 contagios diarios marcados por el Gobierno para flexibilizar las restricciones, e incluso en los últimos días los nuevos casos diarios van aumentando.
Según las últimas cifras divulgadas en la noche del jueves, Francia registró un repunte de nuevos casos hasta los 18.254, un dato que crece ligeramente desde los últimos días y hace temer el inicio de una tercera ola.
Estricto toque de queda en Navidades
Estas vacaciones, los franceses podrán desplazarse por el país ya que se puso fin al confinamiento, pero deberán ceñirse a un estricto toque de queda de las 20.00 a las 06.00, y solo habrá excepciones para la noche del 24 de diciembre, no para despedir el año el día 31.
Mientras tanto, siguen cerrados los bares, igual que cines, teatros, salas de espectáculos o discotecas.
Los restaurantes solo pueden funcionar si ofrecen comida para llevar o recoger en el establecimiento, y las estaciones de esquí, un lugar donde cientos de miles de franceses pasan las Navidades, seguirán cerradas al menos hasta enero.
La compañía ferroviaria nacional SNCF prevé transportar a 750.000 viajeros solamente durante este fin de semana, dentro del habitual proceso de reuniones familiares por estas fechas. Muchos acudían ya hoy a las estaciones de tren.
Aún así, el Gobierno insiste en que las reuniones familiares agrupen a un máximo de seis adultos, sin contar a los menores.
Delfoissy recomendó hoy en el canal BFM TV «no multiplicar los desplazamientos y los contactos a partir de ahora» para evitar una oleada de contagios en Navidades.
Insistió también en que los ciudadanos lleven mascarilla dentro de sus casas para las celebraciones con sus familiares. «Sé que es muy difícil», pero «hay que hacer todo lo posible para que no haya una tercera ola» de la pandemia en el país, resaltó.
Y es que siete de cada diez franceses aseguran que no se pondrán la mascarilla para festejar con su familia el próximo día 31 la llegada de 2021, según un sondeo divulgado hoy por la radiotelevisión RTL.
EFE