“El amor de Dios es más grande que cualquier miseria humana”: Padre Juan Carlos Mendoza
“En Cristo la vida es más sabrosa”, así es el lema del padre Juan Carlos Mendoza Vásquez, quien a través de la palabra de Dios llega al alma de cada individuo. Una sonrisa, un gesto de alegría y hasta un canto vallenato celestial, son los instrumentos que utiliza para demostrar que Dios es una sonrisa amplia y perfecta, que no prohíbe el gozo.
Nació en el corregimiento de Badillo, hace 34 años, es un hombre con raíces campesinas, cuya misión desde niño fue el trabajo y enaltecer los valores que principalmente inculcó su madre Judith Vásquez, ya que a su padre lo perdió cuando apenas tenía año y medio.
Es particular, versátil y disfruta cada palabra de Dios como si se tratara de una nota musical para armar la ‘parranda’. En Cristo él ríe, escribe, disfruta, baila, cuenta historias y goza desde el 2012, cuando fue ordenado como sacerdote por monseñor Oscar Vélez Isaza, obispo de Valledupar.
El padre ‘JuanK’, como cariñosamente lo conoce la feligresía, siempre se muestra con una sonrisa en su rostro, además de contar con un amplio repertorio para dialogar, ganado a través de su amor al estudio, la investigación, a la lecturas y su vena científica, con la que asegura no logró descubrir vacunas para enfermedades terminales, pero si el amor de Dios, que es infinito, fiel y bondadoso.
En su pueblo de origen, esas calles polvorosas le brindaron mil y una historia para contar, las mismas que hoy referencia a su vida, que a su juicio siempre fue bendecida por Dios. En Badillo la gente ama el campo y el fútbol, pero también el verbo para contar esas historias que disfrutan, y que el padre Juan Carlos utilizó para difundir la palabra de Dios, leer, escribir y seguir rindieron tributo al Creador.
Amable, amplio y con unas ganas inmensas de seguirse comiendo el mundo a través del aprendizaje, el padre Juan Carlos se muestra orgulloso de contar su vida, experiencias y sus nuevas facetas dentro de la Iglesia católica.
EN EL CAMINO DE DIOS DESDE NIÑO
“Mi vocación sacerdotal nació desde muy niño. Vendía empanadas, aguacates y llegaba sin pena a nadie, quizás Dios ya me estaba dando ese don de hablar, de llevar mensajes a través de estas actividades, que aunque no eran propias de un niño, hoy las veo como mi fortaleza y las que me encaminaron a la casa de Dios”, afirmó.
Su tarea es recibir a los feligreses con una amplia sonrisa. “En mí no hallarán nunca a un cura con cara de amargura, mi misión es llevar la palabra de Dios de una forma jovial, fresca y con una alegría exclusiva”.
En el año 2001 ingresó al Seminario Juan Pablo II de la Diócesis de Valledupar, después de un proceso de discernimiento, respondiendo al llamado divino a ser sacerdote que experimento a los 13 años. Hace ocho años, el 4 de noviembre, fue ordenado como sacerdote.
Ejerció como Administrador parroquial Nuestra Señora del Carmen-Media Luna entre los años 2012-2017. Párroco de Nuestra Señora de la Candelaria de Becerril desde el 2017 hasta septiembre de este año, ya que fue encomendado por la Diócesis de Valledupar para estudiar la especialización en Teología Bíblica en la Universidad Pontífica Gregoriana de Roma.
Se caracteriza por tener un lenguaje poético, el cual asegura heredó de su padre; pero a su vez se considera un apasionado de la música y el género vallenato es una plataforma universal para anunciar el evangelio, sus rimas también son una forma de ver a Dios.
“Me gusta escribir poesía, el baile, amo la belleza y la bondad; también me apasiona la literatura, producto de ello he publicado varios textos como ‘XII Relatos Poéticos y Entrañables’ y ya está disponible otro libro titulado, ‘Inevitables Reflexiones: ¡faro de razón y fe!’, donde me dejo cautivar por mi fe católica».
DOCE RELATOS DE SU VIDA
Su vida es un verdadero cúmulo de historias que merecen reflexiones para dejar huellas imborrables, y a la vez ser referencia de lo que a diario ocurre en la vida cotidiana.
Es así como el padre Juan Carlos Mendoza publica su nueva obra ‘Inevitables Reflexiones: ¡faro de razón y fe!’, un libro en el expresa doce relatos poéticos y entrañables.
“El Faro, que ilumina nuestra existencia, inexorablemente requiere de la luz de la Razón y la Fe para brillar con mayor fulgor e intensidad. Faro (Fe/Alfa/Razón/Omega), sirve como una síntesis del libro, cuyo contenido y estructura está permeada de la riqueza simbólica de nuestra fe cristiana”, manifestó el padre en la introducción de la obra.
‘Inevitables Reflexiones: ¡faro de razón y fe!’, consta de cuatro capítulos o dimensiones que nutren, iluminan y sustentan las líneas gruesas del trabajo como la literaria, histórica, filosófica y teológica.
Explicó el padre, que cada una de las meditaciones contenidas en el texto integrada por los capítulos: Doce relatos poéticos entrañables, Un decálogo de inevitables reflexiones, Siete meditaciones sapiensales y Puntos cardinales en la cultura del encuentro; son el resultado de inevitables reflexiones, fruto justamente de ese faro de razón y Fe. Es la recopilación de más de 15 años de reflexiones y meditaciones de tres etapas de su vida antes de iniciar estudios en como seminarista, durante y después.
“Posee una clara inspiración espiritual desde mi condición profesional como presbítero o sacerdote católico, amante de la verdad y el Mensaje del Reino Anunciado por Jesús, al cual quiero servir y amar con entrega sincera, desinteresada y libre hasta el final de mis días”.
La presentación de la obra, será el próximo 18 de diciembre en la Biblioteca Departamental Rafael Carrillo Lúquez, cuya ceremonia será presidida por monseñor Oscar Vélez Isaza, obispo de la Diócesis de Valledupar.
Todos y cada uno de los relatos y reflexiones contenidas en el libro, han sido un maravilloso pretexto para hablar sobre Aquel que caminó sobre las aguas y para proclamar perennemente que Él, Jesús, está a tu lado que su amor es más grande que cualquier pecado o miseria humana. “El peor tiempo tuyo, es el mejor tiempo para que Dios actúe en tu vida”, reflexionó.