Colombia: 10 sacerdotes jesuitas murieron por covid-19 en dos semanas
Estos son algunos de los religiosos fallecidos en apenas 15 días, la mayoría de ellos por el covid-19. Sus fotos formaron parte de un homenaje de la página web Jesuitas Colombia.
Dentro de los fallecidos por el nuevo coronavirus están los padres Rodolfo Eduardo de Roux, Marco Tulio González, Roberto Triviño, Jorge Uribe, Gonzalo Amaya, Leonardo Ramírez, Guillermo Hernández, Álvaro Jiménez, Gabriel Montañez y Fortunato Herrera.
Sus nombres fueron objeto de un homenaje en el sitio web Jesuitas Colombia, el cual coincidió con la muerte del padre Alfonso Llano, quien no falleció a causa del virus. También se registraron las muertes de los sacerdotes Carlos Alberto Cardona y Luis Carlos Herrera, por diferentes quebrantos de salud.
Un miembro de esa comunidad, José Leonardo Rincón, publicó en Internet un sentido comentario: “Racha, debacle y catástrofe son, entre otros muchos, los calificativos que tratan de definir lo que nos ha pasado a los jesuitas en estos quince días: hemos perdido trece hermanos (doce sacerdotes y un hermano), casi uno diario».
En el mencionado homenaje se destacaron algunos de los logros que habían tenido los clérigos víctimas del covid:
Rodolfo De Roux. Doctor en Teología, profesor de Eucaristía, escritor de novelas, poeta autor de varias canciones e himnos, académico de la lengua. Era tío de Francisco De Roux, presidente de la Comisión de la Verdad.
Marco Tulio González. Decano de Psicología, fue rector en la Universidad Mariana en Pasto y Vicerrector en la Universidad Ruiz de Montoya en Lima.
Roberto Triviño. Consagró su vida a dar Ejercicios Espirituales al clero colombiano y a la vida religiosa, desde el Centro de Espiritualidad.
Jorge Uribe. Comunicador social. Desde la Javeriana, el antiguo Cenpro y varios medios de comunicación, creó emisoras regionales y, a través de ellas, ejerció su apostolado.
Gonzalo Amaya. Párroco en varias partes del país, consejero espiritual de la vida religiosa y en los sectores populares.
Leonardo Ramírez. Dejó en un punto muy alto la colonial Iglesia de San Ignacio. La mayor parte de su vida se dedicó al apostolado en diversas cárceles de Bogotá.
Guillermo Hernández. Psicólogo, creador de las Escuelas de Padres en los colegios jesuitas; su fortaleza estuvo en la pastoral y consejería familiar.
Álvaro Jiménez. Psicólogo, decano en la Universidad Javeriana de Bogotá y vicerrector en la Javeriana Cali; escribió cerca de 30 libros de amplia difusión.
Gabriel Montañez. Religioso Hermano. Fue un trabajador en oficios varios, sencillo y humilde, sin mayores protagonismos, sirvió generosamente toda su vida.
Fortunato Herrera. Psicólogo y educador en las dos sedes de la universidad Javeriana y varios colegios, como el Mayor de San Bartolomé. Fue también un apasionado de la historia jesuita y custodio de los archivos más antiguos de esa comunidad.
El tributo también destacó al padre Luis Carlos Herrera como un humanista, apasionado por la literatura, especialista en Rivera y García Márquez. Profesor en la Javeriana, también fue rector de los colegios San Luis Gonzaga en Manizales y San José en Barranquilla.
Y al sacerdote Carlos Alberto Cardona (quien murió por una leucemia) como contador javeriano, especializado en educación. Fue vicerrector del colegio de Barranquilla y actualmente era el director de pastoral en la Javeriana Cali.
Y, por supuesto, se reconoció al padre Alfonso Llano, doctor en Filosofía y doctor en Teología, profesor de ética, decano en la Facultad de Medicina, pionero de la bioética en el país, director de Cenalbe, capellán de Palacio y columnista de EL TIEMPO.
Habla el superior de los jesuitas en Colombia
El padre Carlos Eduardo Correa, provincial de los jesuitas en el país, le confirmó a EL TIEMPO los diez fallecimientos por covid y aseguró que la comunidad ha mantenido las medidas de bioseguridad, pero en casos específicos no ha sido fácil su cumplimiento estricto.
«Los diez sacerdotes que murieron por covid eran personas mayores, algunos por encima de los 80 años, y estaban ya en la enfermería de los jesuitas en Chapinero. Nosotros tenemos una enfermería en Bogotá y otra en Medellín. A esa enfermería solo van quienes tienen problema para bastarse por sí mismos, y tenemos un convenio con el Hospital San Ignacio para que nos ayuden con el personal de enfermeras, médicos, terapeutas y todo lo que necesitamos.”
«A pesar de que teníamos todas las medidas de seguridad -explicó Correa-, creemos que por los turnos del personal que entraba del hospital entró el virus. Estos jesuitas tenían situaciones complicadas de edad y de salud mental, problemas de Alzhéimer y no se dejaban poner el tapabocas, se salían de los cuartos, no se aislaban, así que el contagio se facilitó. Y además, tenían unas comorbilidades grandes, con diabetes o problemas respiratorios”.
El padre Correa confirmó que otros dos sacerdotes resultaron contagiados en ese lugar, pero se recuperaron y ya superaron la cuarentena, razón por la cual están en casa con sus familias. Según el religioso, en este centro de salud ya no hay sacerdotes contagiados de coronavirus.
«Hemos insistido en la necesidad de estar guardados, usar tapabocas, lavarnos las manos, todos nos estamos cuidando muy bien, pero en esta enfermería había unas condiciones muy favorables para el virus», afirmó Correa.
«La pandemia nos cambió todo -agregó el sacerdote-, nos ha tocado adaptarnos. Hace unos minutos, acabo de celebrar una misa por internet, ya que mucha gente en Medellín me pidió hacerlo y hoy le llegué a mucha más gente de la que cabría en un templo».
El padre Correa tendrá el cargo de provincial de los jesuitas en Colombia hasta el próximo sábado, cuando lo asumirá el sacerdote Hermann Rodríguez.
REDACCIÓN EL TIEMPO