Pareja y su hija de 7 meses mueren aplastados tras derrumbe de acantilado cerca a playa
Una pareja brasileña, su bebé de 7 meses y hasta su perro fallecieron aplastados tras derrumbarse un acantilado en la playa de Pipa, en el estado de Río Grande.
De acuerdo con el portal G1, las víctimas fueron identificadas como Stella Souza, de 33 años, su pareja, Hugo Pereira, de 32 y Sol, la bebé de 7 meses.
El hombre era conocido en Brasil porque en el año 2016 viajó por todo el país en una camioneta combi de Volkswagen junto a su perra, Brisa, que también falleció en el desafortunado accidente, agrega el mismo medio.
“Excavamos hasta que encontramos al padre. Luego encontramos a la madre y a la niña. La bebé todavía respiraba. Un médico pasaba por aquí en ese momento e intentó revivirlo, pero no lo logró”, declaró al portal brasileño Igor Caetano, testigo del accidente, y quien aseguró que el acantilado suele desprenderse.
Según explicaron los lugareños al medio, el desprendimiento de rocas de los acantilados se da porque la marea los erosiona y ese fenómeno ocasiona que la base se ahueque y hace que la parte superior es vulnerable a colapsar.
Las mismas personas le explicaron a G1 que la familia estaba a cargo de un hotel cercano y que el día de la tragedia estaban disfrutando de su día libre en la playa.
“Nací y me crié aquí y esto siempre ha pasado, pero cada vez más el mar está destrozando el acantilado. Vemos turistas disfrutando de la sombra de los acantilados y les pedimos que se vayan porque sabemos el riesgo”, dijo por su parte un pescador a ese portal.
Desabamento de falésia mata três pessoas na praia de Pipa, Rio Grande do Nortehttps://t.co/fmm8wI8aKe pic.twitter.com/m4XsmVeIYZ
— Estado de Minas (@em_com) November 17, 2020
Los testigos que colaboraron en el rescate de los cuerpos aseguraron que hallaron el cuerpo de la madre abrazada a su hija en un intento de protegerla de la caída de las rocas.
La playa de Pipa, perteneciente al municipio de Tibau do Sul, es el principal balneario de la región sur de Brasil y era una de las más concurridas antes de la pandemia. Las autoridades de ese pueblo aseguraron que colocan carteles para advertir del peligro a los turistas, pero la marea se los lleva, finaliza G1. pulzo