28 de noviembre
Internacional

Chile aprobó el uso del antiviral considerado la primera droga terapéutica efectiva contra el COVID-19

El medicamento es el Fabiflu, que en componentes se conoce como Favipiravir. Es producido por el laboratorio indio Glenmark y fue autorizado por el Instituto de Salud Pública (ISP) de Chile. Será administrado a pacientes contagiados por Coronavirus en cinco hospitales del país.

Por su parte el doctor Harold Mix director del Diplomado en Investigación Clínica de la U. de Chile y director de INCITEC (firma que junto al laboratorio Exeltis importa el medicamento) señala que el Favipiravir ha mostrado mejores resultados que el Remdesivir, utilizado principalmente en USA. Por ello, está siendo utilizado con éxito desde los primeros meses de 2020 en India China, Rusia, Indonesia, Turquía y otros países que representan a más de la mitad de la población mundial. Además, está en proceso de autorización en Japón, donde los ensayos clínicos han demostrado sus características favorables al control del Coronavirus.

Infobae conversó con el especialista Harold Mix, quien advierte que se trata de un tratamiento que produce una recuperación más rápida del paciente, disminuyendo las tasas de contagiosidad, así como las hospitalizaciones y reduce a la mitad los casos que requieren de tratamiento en las UCI. Desde nuestras áreas comenzamos a investigar y nos encontramos que habían centenas de estudios que ya estaban disponibles en el mercado, y que se estaban reutilizando para ver si podían ser útiles para el COVID-19. Entre ellos, medicamentos que la opinión pública ya conoce, como la Hidroxicloroquina o el Interferón. Incluso ellos fueron parte de un estudio clínico multicéntrico y multinacional que lideró la Organización Mundial de la Salud OMS y que lamentablemente después de meses de investigación, llegaron a la conclusión de que ninguno de ellos tiene una efectividad relevante en el tratamiento de los pacientes con COVID», señala.

Sin embargo, a su juicio, la comunidad científica mundial ha ido concordando crecientemente en que, a la espera de una vacuna efectiva, el tratamiento de pacientes con COVID-19 con fármacos antivirales, es una estrategia complementaria muy relevante para el control de la pandemia. Junto con el testeo, trazabilidad y aislamiento de personas contagiadas, el hacer la enfermedad menos agresiva con el paciente y disminuir su contagiosidad es un factor clave. “Nosotros, desde hace algunos meses atrás, nos inclinamos por un medicamento que hasta casi algunos meses no existía, o existía pero no estaba disponible, o era de muy difícil acceso y se trata del Favipiravir que había sido registrado en Japón el año 2014, y en ese momento para la pandemia anterior, para la influenza de la H1N1, y se inscribió con ese fin, con esa dosis y con esas indicaciones. Pero como afortunadamente esa pandemia pasó rápido, prácticamente este medicamento quedó en lo desconocido. Muy pocos médicos y muy pocos pacientes lo recibieron en ese momento. Y como quedó guardado, nadie lo produjo más en ese momento”, sostiene Mix.

La investigación avanzó desde febrero de este año, en países de Asia y Europa y actualmente ya está permitida su comercialización en Rusia y en Turquía, por ejemplo, se garantizó su uso a pacientes COVID positivo que son hospitalizados. «El gobierno turco llamó a 32 científicos de su país y se decidió producir en Turquía más de un millón de dosis, y la puso a disposición de los pacientes hospitalizados y de manera gratuita y como guía de tratamiento. Es decir, se hospitaliza por el COVID y le suministraban Favipiravir. Esto permitió hacer seguimiento a los pacientes que habían sido hospitalizados previo al Favipiravir y post. En septiembre se publicaron los resultados que dicen lo siguiente: antes del Favipiravir tenían 802 pacientes que habían sido hospitalizados por COVID-19 leve a moderado en Turquía. De esos 802, el 24%, o sea 1 de cada 4, terminaba en unidad de cuidados intensivos UCI. Cuando administraron obligatoriamente el Favipiravir, en 817 pacientes hospitalizados la cantidad de hospitalizados por COVID-19 que pasaron a la UCI disminuyó de un 24% a un 12%, o sea disminuyó en un 50% el empeoramiento de estos pacientes. El doctor Mix cuenta, además, que en el subgrupo de pacientes jóvenes, la tasa inicial que iba a la UCI, antes del uso del fármaco, era de un 20%, pero después del uso del Favipiravir disminuyó a un 6,6%, es decir un 67% menos de pacientes se agravaron. A su juicio, existe una explicación. Lo primero es decir que esta enfermedad es bifásica hay una fase inicial que toma dos o tres semanas. Y también están los que se agravan y que pueden perder la vida. “El impacto de este medicamento, que es oral, es para usarlo apenas se le diagnostica el virus al paciente, y especialmente si este tiene factores de riesgo, porque es en esa etapa cuando el virus se multiplica miles de veces. Por eso los síntomas son poquitos, pero después de 12 días, es la reacción de nuestro organismo en contra de la presencia del virus, la que despierta un proceso inflamatorio que se dispara enormemente y a los 15 días ya es incontrolable. En ese momento ya no hay virus, entonces no tiene ningún sentido usar un antiviral en esa instancia. Esta etapa ya está fuera de la alcance del medicamento. Como este dato no se conocía al comienzo, en los primeros estudios les fue mal, porque es para las etapas previas”, detalla.

Lo que sigue, es el periodo de análisis y prueba. Tendrá que pasar tiempo antes de poder acceder al fármaco en establecimientos de venta directa. Sin embargo es un primer paso, que podría traer beneficiosas consecuencias a quienes se les administre. El objetivo es masificar en toda Latinoamérica el uso del Favipiravir, y ya tienen contacto con entidades de estudio en Perú y Argentina.

En Chile el ISP, luego de analizar la solicitud de importación del fármaco durante dos meses, autorizó en una primera etapa la administración a los pacientes contagiados con COVID-19 en los hospitales San Juan de Dios, Félix Bulnes, Hospital Base de Valdivia, Hospital de Puerto Montt y el hospital Regional de O’Higgins, a solicitud de dichos centros hospitalarios, iniciando así el proceso en que gradualmente y de acuerdo con los resultados que se observen, se pueda incorporar este tratamiento a pacientes de otros lugares del país. Para ello, se autorizó la importación de 750 mil envases del producto.

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