Mauricio Martínez renació 100 días después de la tragedia de Tasajeras
A sus 26 años Mauricio José Martínez Rada volvió a nacer después de tres meses en hospitales, con terapias y citas médicas para recuperarse de las quemaduras en el 65% de su cuerpo y este jueves se reencontró con sus familiares en el corregimiento de Tasajeras, municipio de Puebloviejo.
Es uno de los sobrevivientes del incendio de un camión cargado con gasolina ocurrido el pasado 6 de julio en ese corregimiento, que dejó 45 personas fallecidas, siete de ellas en el lugar del dramático accidente. Aunque los médicos no daban esperanzas de que sobreviviera debido a la gravedad de sus heridas, se aferró a la vida y logró salir victorioso.
“Tengo que saber aprovechar esta segunda oportunidad que Dios me dio”, dijo Mauricio emocionado a su llegada hoy al aeropuerto Simón Bolívar de Santa Marta. Arribó en compañía de su hermana Zulay Cuello Rada, quien fue su guardiana durante toda la dura recuperación en la capital.
Antes del accidente trabajaba como mototaxista y los fines de semana como disc jockey en un estadero de su Tasajeras natal.
DOS MESES EN EL HOSPITAL
Mauricio estuvo internado casi dos meses en el Hospital Simón Bolívar de Bogotá, donde fue sometido a cirugías por las quemaduras en su piel. Allí también le hicieron un trasplante de córnea. La reconstrucción física de Mauricio se dio por su voluntad y la dedicación con la que médicos y enfermeras le prodigaron todos los cuidados necesarios. Sus cuerdas vocales también fueron afectadas por el incendio, pero con terapias pudo recobrar la voz.
Ahora que regresó a su hogar, en donde lo esperó en medio de la algarabía su gran familia de Tasajeras, sueña con trabajar y estudiar para salir de la pobreza que golpea a los habitantes de ese empobrecido corregimiento magdalenense.
«Esta lección es muy dolorosa, pero hay que seguir pa’ adelante. Quiero ejercer lo que estudié que es guardia de seguridad y estudiar Educación Física. Me gusta mucho el deporte, el fútbol. Quiero enseñar», expresó Mauricio, casi aferrado física y espiritualmente a Zulay, su acompañante fiel durante su proceso de recuperación.
Zulay viajó a Bogotá con el apoyo de la Gobernación del Magdalena 15 días después del traslado de su hermano en un avión de la Fuerza Aérea.
«Él estaba grave. Los médicos no daban esperanza. Hasta se murió por 10 minutos y ahí lo ven vivo. Gracias a Dios y quienes lo operaron y cuidaron. Las quemaduras eran grandes. Tenía el 65% del cuerpo quemado. Le hicieron trasplante de córnea porque se quemó las fosas nasales. Está vivo de milagro», resume Zulay, tan emocionada como su hermano, por haber llegado a su departamento. Su tesón ayudó a Mauricio en el proceso de recuperación. No en vano ella es técnica en preescolar y líder de su comunidad.
EL COMPROMISO HUMANO DE LA GOBERNACIÓN
Aunque a Mauricio le dieron de alta en el Hospital Simón Bolívar el pasado 3 de septiembre, se quedaron en Bogotá para asistir tres veces a la semana a las curaciones en el Hospital Fray Bartolomé, de Suba; a las terapias físicas y a las citas con el otorrinolaringólogo, oftalmólogo y cirujano plástico.
Mauricio es un símbolo de que pese a las tragedias se puede renacer y tener nuevas y mejores oportunidades, por eso le agradece a la Gobernación, en cabeza de Carlos Caicedo, por darle una beca para estudiar una carrera técnica en el Infotep de Ciénaga y permitirle entrar a trabajar como guardia de seguridad en el parador turístico de Puebloviejo, cargo para el cual está preparado.
«Le doy gracias a todo el grupo de la Gobernación, más que todo al gobernador Carlos Caicedo que se portó muy bien conmigo, es una bendición que me ha llegado a mí y mi familia, estamos muy agradecidos con él”, expresó Mauricio.