Soad Louis Lakah, la escritora cordobesa que también se enamoró del folclor vallenato

De luto se encuentra el mundo de la investigación, las letras y la cultura, con la inesperada muerte de Soad Louis Lakah, la escritora cordobesa más importante en los últimos 30 años, y que además encontró inspiración en el vallenato de la mano del maestro Rafael Escalona.
Aquella mujer de particular belleza, de origen árabe pero aliada a la cultura de Colombia, siempre se impuso con su talento. Su sencillez la llevaron a adoptar el vallenato como parte de su vida, como su inspiración para llevar las mejores composiciones escritas, pero además para portar la mochila arhuaca, como símbolo a su apego a la capital de vallenato, Valledupar.
‘La Turquesa Morena’, como cariñosamente la llamaban, falleció a sus 68 años, la noche del miércoles en una clínica de Montería por infección respiratoria, dejando un gran pesar entre amigos y familiares, quienes aún no dan crédito a lo sucedido.
Desde niña mostró su inclinación por las letras y la cultura, teniendo entre su glosario de libros ‘La Lío y otras mujeres’, ‘Razones de peso’ y ‘Los Caprichos de Dios’. Era hija de inmigrantes árabes, pero fue adoptada por Colombia, donde formó su familia y se convirtió en madre y abuela, con inmensas cargas de amor, que la impulsaban a crear sus mejores obras literarias.
Su espíritu de servicio, vocación, pero sobretodo el amor a la cultura, la conllevaron a mirar más allá de la zona donde creció y formó. Volteó su mirada a la tierra del Cacique Upar, donde en alianza con el maestro Rafael Escalona, siguieron los mejores caminos de la creación, el arte y la defensa del género vallenato.
Su residencia estaba establecida en Córdoba, pero cada vez que podía se ponía su jean, tenis y la mochila, para visitar a sus grandes amigos en Valledupar como Escalona, La Cacica, Rita Fernández, entre otros, contó Antonella Farah, una de las hijas de la escritora, quien a pesar de estar sumida en el dolor, se llenó de orgullo para referirse a su madre.
Manifestó que desde niña recuerda las visitas de Rafael Escalona a su residencia. “Él era un huésped en mi casa, tenía hasta una habitación asignada, un gran aliado para mi mamá, era como mi abuelo. Llegaba por una semana y se quedaba por tres meses”.
Recuerda que el maestro siempre la regañaba, decía “turca no dejes que la niña se pinte esos labios de mariposa, no la dejes salir a la calle, recomendaciones a las que mi mamá simulaba asumir, y al final era mi aliada, mi cómplice”, exclamó con tristeza.
Manifestó que su madre era amante de las composiciones, las letras y los cantos de Escalona, era tan apegada al vallenato que en dos ocasiones fue jurado en el Festival de la Leyenda Vallenata.
Siempre viajaba a Valledupar, por ser la tierra donde conoció a Gabriel García Márquez. “Era una mujer hermosa, rompía los parámetros de la mujer tradicional, no se tomaba un trago, pero amanecía en todas las parrandas. Fue una persona con una vocación de servicio inigualable, incondicional y llena de amor por la familia”.
Resaltó que la muerte de su madre ha sido inesperada y muy dolorosa por la distancia, ya que no pudieron asistir al sepelio por las restricciones de la pandemia, sin embargo, afirmó que la recordarán como la mejor mujer que ha dejado un legado entre los colombianos.
Su obra más representativa fue ‘Los Inmigrantes Árabes en los Valles Del Sinú y San Jorge’, donde relata minuciosamente la llegada de varias familias que terminaron instalándose en tierras cordobesas.
También colaboró con contenidos editoriales en las revistas importantes a nivel nacional, y colaboradora en periódicos en el país.
Fue Directora del Instituto Departamental de Cultura, secretaria de Cultura de la Gobernación de Córdoba, presidenta de la Casa de la Cultura de ese departamento y miembro de la Academia de Historia de Córdoba.
El gremio de escritores y gestores culturales siempre defendió su labor en los cargos oficiales que ocupó, por cuanto dejó huellas en favor de la tradición cordobesa. Editó numerosos libros y discos compactos que recopilan la música tradicional como el porro y los cantos de vaquería, entre otras expresiones orales, reseñan los medios nacionales.
Desde nuestro País Vallenato, esta tierra que la Turquesa de Escalona, quiso tanto; le mandamos un abrazo a sus hijas Antonella y Luisa; lo mismo que a su hermana Edma Louis, La Tata, y a toda su familia. Desde aquí nos solidarizamos con su dolor de ausencia y les decimos que Soad vivirá por siempre en el alma de sus amigos vallenatos.
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