“Perdí la cuenta de las veces que me violaron”
Carmen Greentree, ex surfista profesional, de 37 años ha explicado recientemente el episodio más duro de su vida: con 22 años fue secuestrada durante dos meses donde la sufrió agresiones y violaciones repetidas veces.
Ahora, unos años más tarde, la australiana ha relatado la pesadilla que vivió durante esa época. Según ha contado Greentree, en 2003 vio como su sueño se rompía en mil pedazos al no poder clasificarse para el Tour del Campeonato Mundial Femenino.
Fue ese un punto de inflexión para Carmen, que decidió tomarse un año sabático en la India. La propia exsurfista explica que conoció a Rafiq Ahmad Dundoo, un residente indio que le ofreció viajar a Srinagar, Jammu y Cachemira en avión para que su llegada a Dharamshala fuera menos cansada. Fue este el momento en el que su vida se vio marcada para siempre.
Instigada por Rafiq, la australiana aceptó pasar una noche en la casa flotante de este. Fue allí cuando empezó el calvario para Carmen Greentree. Inicialmente la australiana intentó defenderse y cada vez que trataba escapar recibía golpes por parte de su agresor. “Y a la que me rendí, fue la primera vez que me violó, pero es que estaba cansada, no podía pelear más y sabía que no iba a detenerse”, reveló.
“Perdí la cuenta de las veces que me violó”
“Perdí la cuenta de las veces que me violó. Lo he bloqueado tanto que ya no recuerdo la mayoría de los ataques”, desveló la joven en la presentación de su último libro, ‘Una peligrosa búsqueda de la felicidad’.
“Era un hombre sin escrúpulos morales y claramente no le importaba. Me mostró que tenía la intención de hacerme daño y no sintió ni una pizca de culpa por lo que me estaba haciendo”, contó Carmen, que añadió que tras eso “estaba completamente rota, ya ni siquiera era yo. Existía como un caparazón en mí”.
Finalmente, su pesadilla terminó dos meses después. Su captor pidió a la familia de la australiana un rescate, lo que hizo que las autoridades pudieran localizarla de forma inmediata y salvarla de su peor episodio.