El multimillonario primo de Bashar al Asad que cayó en desgracia y abrió una grieta en la familia que gobierna Siria
En su video más reciente, compartido el pasado domingo, Rami Makhlouf mira fijamente a la cámara y habla pausadamente, casi susurrando algunas frases.
Su barba luce más blanca que en las fotografías del pasado, cuando irradiaba riqueza y poder, contando sus miles de millones como el hombre a cargo del dinero, no solo del régimen sino de su familia.
Makhlouf no ha perdido el toque de la riqueza. Es un hombre que nunca será pobre, algo inusual en Siria, donde Naciones Unidas dice que el 80% de la población vive en la pobreza, casi 10 millones de personas no tienen lo suficiente para comer y la mitad ha perdido sus casas por la guerra.
Vive en un valle adorado por los superricos de Siria en la carretera que sale de Damasco en dirección a Beirut (Líbano).
En el video, la chaqueta de Makhlouf parece cara e italiana, y se le ve sentado en una esquina de su casa frente a una pila de madera de olivo colocada artísticamente y lista para el próximo invierno.
Pero si lo que dice en el video es correcto, y esta semana ofreció al mundo su tercera grabación, ha perdido el poder.
Era conocido por cobrar una comisión en cada acuerdo serio de negocios en Siria, razón por la que algunos le llamaban «Sr. Cinco Porciento«.
Inusual regaño
Rami Makhlouf es primo hermano por lado materno del presidente de Siria, Bashar al Assad. Son casi de la misma edad, tienen cincuenta y pocos años, y eran amigos de infancia.
A Makhlouf se le consideraba como un acérrimo partidario del régimen que rara vez hablaba en público sobre familia, política o sus negocios.
«Deben saber que cuando sufrimos, no sufrimos solos», sentenció.
Eso resultó ser verdad, pero su otra promesa fue que permanecerían unidos. Y sus videos muestran que no ha sido así.
En redes sociales, Makhlouf ha publicado una oración en la que le pide a dios que acabe con la injusticia que padece.
También ha compartido tres videos que contienen críticas al gobierno. Publicaciones como esas supondrían la cárcel para la mayoría de los sirios.
En verdad no son misteriosos para Rami Makhlouf. Su hermano Hafez solía ser el jefe del Directorio de Inteligencia General, la agencia más importante que lidia con amenazas internas al régimen.
Makhlouf sabe perfectamente lo que los hombres de inteligencia y seguridad de Siria pueden hacer.
Circula una serie de teorías sobre la caída de Makhlouf. Algunos dicen que se había hecho demasiado grande y demasiado rico para sus botas.
Las primeras señales de presión emergieron el pasado verano boreal, cuando fue forzado a cerrar su red caritativa Bustan, que había creado una milicia de unos 20.000 hombres.
La teoría se centra en la esposa del presidente, Asma al Asad, que creció en Londres (Reino Unido) y a quien los sirios ven como una fuerza del régimen que lidera sus propias organizaciones humanitarias.
Otra teoría se centra en las relaciones con el Kremlin.
La corrupción en Siria ha sido objeto de críticas en medios de prensa en Rusia asociados con el presidente Vladimir Putin, que es el aliado y protector más importante de al Asad.
Su decisión de intervenir en Siria en 2015 prácticamente significó la victoria del régimen sirio en la guerra.
La teoría establece que al Assad no quiere perder la protección de Putin y Rami Makhlouf es un sacrificio obvio porque para muchos sirios es símbolo de la corrupción que atraviesa todo el país.
Empresarios rusos cercanos a Putin también deben tener los ojos puestos en contratos que Makhlouf quizá considere suyos.
Historia de rupturas
El hecho es que nadie fuera de la familia gobernante sabe exactamente qué ha pasado tras las puertas cerradas del régimen.
El padre de Bashar al Assad, Hafez, el primer presidente Asad, convirtió a Siria en un negocio familiar después de asumir el poder en 1970.
Su esposa, Anisa Makhlouf, procedía de un entorno más rico que Hafez, que ascendió desde la pobreza gracias a las fuerzas aéreas y el partido Baaz.
AFP