Tamalameque, Chimichagua y Astrea sufrieron afectaciones por el temblor
Adalberto Estrada, habitantes de la capital del Cesar, disfrutaba de un café cuando a las 5:59 de la mañana, fue sorprendido por un fuerte temblor que hasta la silla donde estaba sentado se estremeció. Fueron unos segundos de angustia, temor y no saber que hacer mientras todo se movía, manifestó reflexionando a la vez que la naturaleza se está haciendo sentir y los seres humanos deben acatar el mensaje.
Estrada es una de las miles de personas que en el Cesar sintió el sismo de 5.7 grados en la escala sismológica de Richter, cuyo epicentro fue el municipio de Mompós, Bolívar.
“Se movió todo, no sabía si estaban tocando la puerta o las ventanas”, dijo Estrada, quien no dudó en manifestar que la pandemia del Covid-19 mantiene a las familias confinadas, y ahora la naturaleza también dice presente con sus manifestaciones.
Aunque Valledupar no reportó daños materiales, tres municipios como Chimichagua, Tamalameque y Astrea tuvieron afectaciones, que a pesar de ser leves, el susto fue mayúsculo para cada uno de sus habitantes que apenas veían la luz del día.
Según el Servicio Geológico Colombiano, el movimiento telúrico tuvo una profundidad de 65 kilómetros y se presentó a 20 kilómetros del municipio de Pinillos muy cerca de Magangué. Igualmente se sintió en todo el Cesar, dejando afectaciones leves en tres de sus municipios.
María José Páez Díaz, jefe de la Oficina Departamental para la Gestión del Riesgo y Cambio Climático, indicó que a primera hora del día se realizó un barrido para conocer posibles afectaciones tras el sismo, es así como determinaron daños leves en la Estación de Policía de Chimichagua, en las fachadas de algunas casas en el corregimiento de Puerto Boca (Tamalameque) y en Astrea, el daño se reflejó en tres viviendas que sufrieron agrietamiento en sus paredes.
Los mayores daños estructurales se presentaron en la zona rural de Tamalameque, donde de inmediato se activaron las acciones, por parte de los organismos de socorro, para atender la emergencia. No se presentaron daños a personas ni pérdidas en grandes magnitudes. Los distintos Consejo Municipales de Gestión del Riesgo en el Cesar, se activaron desde ayer para atender las eventualidades que se reporten.
Ariel Zambrano, director de Gestión del Riesgo de Bolívar, indicó por su parte que hay 20 viviendas afectadas con fisuras en Mompós y su cabecera municipal. También sufrieron daños en la iglesia del corregimiento La Arrinconada, 15 casas más en El Hatillo de Loba y varios municipios quedaron sin el fluido eléctrico.
En Sucre y Córdoba no hubo novedades. En La Guajira el temblor se sintió en los municipios de San Juan del Cesar, Villanueva y Fonseca, pero no se generaron daños en infraestructura ni personas heridas al igual que en otros departamentos de la Región Caribe.
Jesús Vanegas, residente de una de las viviendas afectadas en el municipio de Tamalameque, manifestó que para el momento del temblor se encontraba dentro del inmueble con su familia.
“Fue un momento horroroso, vivimos un pánico bárbaro cuando sentimos que las pared se caía. Ahora hay que pedirle a Dios y al mundo entero que cuidemos la naturaleza, porque estos problemas son ocasionados por del desorden en el medio ambiente; oremos para que estos problemas se resuelvan, más aún en estos tiempos que además enfrentamos la pandemia por el Covod-19, tengamos tolerancia y paciencia”, refirió Vanegas.
Manifestó la jefe de la Oficina Departamental para la Gestión del Riesgo y Cambio Climático del Cesar, que la principal recomendación que se le pude dar a la ciudadanía es conservar la calma y tener identificado, dentro de la estructura de su vivienda o lugares que frecuente, los espacios seguros donde no haya riesgo para la vida de las personas.
Otra de las recomendaciones es determinar un punto de encuentro con el grupo familiar, para reencontrarse luego de pasar el evento natural.
Celso Moreno, alcalde de Chimichagua, informó que en su municipio las afectaciones fueron menores, solo en el corregimiento de Sampegua se presentaron novedades, hacia donde se trasladó el equipo de gestión del riesgo para evaluar los daños y activar de inmediato los mecanismos de ayuda.
Sin embargo, Moreno exhortó a la comunidad a mantener la calma y permanecer en sus residencias, recordando que en estos momentos se vive además el aislamiento preventivo por el Covid-19.
AMENAZA SÍSMICA DE BAJA A INTERMEDIA
Detmer Pitre, ingeniero geólogo, manifestó que inicialmente es importante que todo el mundo sepa que Colombia es un país geológicamente activo, ya que convergen varias placas tectónicas que son las que generan estos movimientos en la tierra.
Además se está acompañado de un cinturón de fuego, que no es más que una zona en el pacífico donde chocan estas placas tectónicas, las cuales al hacer contacto penetran por debajo de la placa del continente donde está Colombia y es donde se generan los sismos, temblores y hasta los volcanes.
Eso ocurre con frecuencia, a nivel mundial es normal que tiemble. En Colombia, el departamento de Santander es el más vulnerable a los movimientos telúricos; a veces son imperceptibles para los humanos, pero igual se registran. Durante el mes de marzo y hasta el 2 de abril, se reportaron en el país 36 sismos; es además un mito pensar que las altas temperaturas generan los movimientos telúricos.
Con respecto al departamento del Cesar, Pitre indicó que ninguna zona está exenta a que ocurran estos fenómenos naturales. Algo bueno que se tiene el Cesar es que registra una amenaza de intermedia a baja; a diferencia de la región andina y pacífica que la amenaza es alta por su cercanía al cinturón de fuego.
“Aquí pueden ocurrir sismos, pero no con la magnitud e intensidad de catástrofe que se generan en las otras regiones geológicamente vulnerables”, explicó.