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Así vive la Semana Santa la Hermandad de Jesús de Nazareno

La tradición que durante 70 años ha vivido Rosa Isabel Gil Martínez, como integrante del grupo femenino de la Hermandad  de Jesús de Nazareno, hoy se vio interrumpida por la suspensión de esta celebración religiosa que forma parte del arraigo de los fieles vallenatos. La pandemia del Covid-19 ha volteado al mundo, y con nostalgia esta Semana Santa es vivida en Valledupar con las iglesias cerradas, pero con las puertas de los hogares abiertas para recibir las bendiciones.

Con 98 años de vida, Rosa Isabel muy claro la dice: ‘hasta que me muera, acompañaré a Jesús de Nazareno’. Este año queda colgado su traje blanco, el cristo y la cinta morada que forman parte de su indumentaria, pero su devoción la vivirá con el corazón abierto desde su casa, para reflexionar y afianzar las esperanzas de alcanzar un mundo mejor que hoy enfrenta esta grave emergencia.

Con su clara voz, a pesar de los años, esta fiel religiosa recordó que su devoción a Jesús de Nazareno nace a la edad de 19 años, luego de haber padecido una grave enfermedad, la viruela brava, cuyo episodio su madre lo encomendó a Jesús y de allí salió sana a los pies de Jesús un año después.

Hoy irónicamente otra enfermedad, que agobia al mundo entero, la obliga a quedarse en casa,  vivir la Semana Santa en recogimiento como una muestra de que Dios existe y necesita de la misericordia de todos. “Mi fe por el Nazareno seguirá intacta, y mi corazón estará hoy dispuesto a recibir su bendición”.

Recuerda la feligrés vallenata, que la Hermandad de Nazareno fue creada por el padre Vicente de Valencia. Hay un grupo de mujeres y hombres, ambos con distintas misiones, pero con la fe de vivir la pasión, muerte y resurrección de Cristo.

“Desde el Domingo de Ramos yo empezaba a vivir la Semana Mayor. Un día antes salíamos a cortar las palmas para regalarlas a los hermanos y celebrar la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén. La iglesia Inmaculada Concepción es el templo donde toda mi vida he vivido este episodio que forma parte de mi historia”, exclamó Rosa Isabel agregando que con igual devoción siempre ha adorado al Santo Ecce Homo el Lunes Santo, el Martes Santo contemplaba a Jesús caído y el Miércoles con la Dolorosa buscando a su hijo perdido.

 

El Jueves Santo igual asistía a la eucaristía a las 11 de la mañana, a las 4 de la tarde a la cena del Señor, a las 8 de la noche el sermón de las 13 palabras para iniciar la procesión a las nueve de la noche con Jesús de Nazareno. “Amanecíamos con el santo recorriendo cada esquina cantando las sentencias. Todos en familia, la hermandad así lo hemos vivido”.

Doña Rosa, con su voz entrecortada, reiteró que le ha costado asimilar no poder ir a la iglesia, es una tradición que supera los 400 años en la ciudad de los Santos Reyes, pero es el momento de vivirlo desde la espiritualidad y pedirle al mismo Jesús de Nazareno, que acabe con esta peligrosa enfermedad y ayude a revivir las actividades religiosas en esta tierra.

“Sentada en la esquina de mi cama oraré por todos, pediré que todo pase y sentiré la espiritualidad del Nazareno; pensaré que esto es transitorio, porque hasta que me muera seguiré a los pies de Jesús acompañándolo en su recorrido”, afirmó destacando que sus peticiones las mantendrá hasta el Domingo de resurrección para celebrar la vuelta de Jesús.

SE INTERRUMPE LA TRADICIÓN

La Hermandad de Jesús de Nazareno lleva más de 400 años acompañando las procesiones de Semana Santa en Valledupar, siendo uno de los símbolos más representativos que, a pesar de las adversidades, se resiste a desaparecer en el Cesar.

Este año las calles estarán solitarias. Los nazarenos lucirán sus túnicas y realizarán sus penitencias desde sus hogares como consecuencia del aislamiento obligatorio decretado por el Gobierno nacional por la pandemia.

Robinson Jiménez, presidente de la Hermandad Jesús de Nazarenos y quien desde hace más de 40 años pertenece a la congregación, indicó que desde los hogares se vivirá el momento.

“Nosotros somos fieles y acompañamos la procesión del Ecce Homo junto con los caballeros. Todas las procesiones de Semana Santa las hacíamos la Hermandad de Nazarenos, hoy desde nuestras casas seguiremos con las costumbres”, añadió.

Además de las procesiones, los Nazarenos también realizaban penitencias el Viernes Santo, desde el mediodía hasta las 2:00 de la tarde, en el Centro Histórico de Valledupar, actividad que este año será reemplazada por el rezo del Rosario.  Los 670 nazarenos entre hombres y mujeres y quienes quieran pagar sus penitencias con azotes, lo podrán hacer también en sus hogares”, expresó.

Entre 10 y 11 de la mañana se rezará un rosario como reemplazo a la llevada de la corona al cementerio. Las penitencias se harán en las casas y se difundirán videos y fotos a través de  las redes sociales para que la gente vea cómo se está viviendo la Semana Santa.

“Hagamos nuestra Semana Santa en casa y pidiéndole a Dios por todos los enfermos del mundo entero y principalmente por los de Valledupar y el departamento del Cesar”, dijo Jiménez.

La tradición de más de 400 años, incluye ir a pies descalzos con una túnica que cubre su rostro y cuerpo durante más de dos horas en las que tienen que soportar temperaturas que superan los 40 grados e ir en ayunas. Algunos no lo logran y se desmayan, aunque los penitentes dicen que su Dios les da la fortaleza para continuar y así saldar sus deudas con él.

 

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