General

Entre dolor y tristeza, Jennifer será sepultada en su tierra natal, Meta

Jeniffer soñaba con tener su hija, por eso fue su mayor alegrìa; familiares 

El ambiente cálido y natural que cada Navidad envolvía la magia familiar para Jennifer Gómez Marín en el municipio de Granada, departamento del Meta, será el mismo que hoy se dispone a recibirla, pero esta vez  no con su particular sonrisa y alegría, sino para ser sepultada en su tierra natal, tras caer de un noveno piso la tarde del viernes, en el Condominio Club Palmetto, ubicado en la zona norte de Valledupar y cuyas causas son motivo de investigación por parte de las autoridades.

Excelente madre, hermana y amiga, así la definen quienes conocieron a esta mujer de 35 años, abogada y trabajadora de Comfacesar, institución a la que dedicó cinco años de su vida demostrando responsabilidad y entrega en las labores encomendadas.

La torre 4 del referido conjunto residencial, es quizás la única testigo de esta tragedia que teje muchas versiones e incógnitas y que llenan de dolor sus familiares, quienes en estos días de tensión en el país, deberán emprender la caravana fúnebre hasta la tierra que vio nacer y crecer a Jennifer, quien fue criada por sus abuelos maternos tras haber quedado huérfana desde los dos años de vida.

“Esta noche emprende el último viaje de Jennifer a su tierra, donde a pesar de la emergencia que se vive en la Nación por el Covid-19, recibirá un sepelio tan digno como su personalidad y valentía que a lo largo de su vida, demostró junto a sus dos hermanos”, dijo con su voz entrecortada, Sergio Cardona Marín, quien espera a su hermana en el departamento del Meta.

Cardona Marín reiteró que hablar de Jennifer, es sinónimo de belleza y un espléndida sonrisa que el destino se llevó por causas que ahora no están claras. Su infancia la vivió con plenitud en el municipio de Granada, cuya naturaleza era su principal encanto y de donde salió hace 16 años para Valledupar a  prepararse como profesional, además de formar su hogar y traer al mundo a su pequeño hijo que hoy día tiene dos años de vida.

NO SABEMOS QUE PASÓ

Al ser consultado sobre las posibles causas que manejan sobre el deceso de Jennifer, Sergio Cardona fue muy enfático en afirmar que no tienen una información exacta sobre esta muerte. “No sabemos lo que sucedió en ese apartamento, solo conocimos que estaba la trabajadoras doméstica, el compañero sentimental de mi hermana y en último momento llegó su suegra. Esperamos que las autoridades competentes investiguen y den el dictamen definitivo sobre los hechos”.

El féretro que lleva el cuerpo de Jenifer comenzará su recorrido terrestre en la noche de este sábado y el lunes será el sepelio. De Valledupar viajan su tía y primos en medio de la situación compleja y las medidas presidenciales ante la pandemia por el coronavirus.

SEPELIO CON POCAS PERSONAS

En medio del profundo dolor, un elemento se suma a esta tragedia, y es que Jennifer no podrá ser acompañada a plenitud por sus familiares y amigos, ya que la prohibición de aglomeraciones en sitios cerrados por el Ccovid-19 abarca este inesperado momento.

“En la sala velatoria solo podrán estar diez personas aproximadamente, estarán por un tiempo prudencial y se irán rotando de manera ordenada. La misa no se podrá realizar en la iglesia principal del pueblo, sino en el mismo cementerio donde igualmente solo podrá asistir un máximo de 15 personas guardando cierta distancia”, explicó el familiar.

Las exequias se llevarán a cabo el día lunes en horas de tarde, para que todos puedan regresar a sus hogares y cumplan con el aislamiento obligatorio decretado por el Presidente de la República. Su pequeño hijo se quedará en  Valledupar junto a su familia paterna.

NO TENÍA MOTIVOS

Destacó Sergio, que Jennifer nació el 22 de septiembre de 1984, en Cali, capital del departamento de Valle del Cauca. Era la única mujer entre sus dos hermanos, la nieta mayor y la más consentida por todos. La ilusión de vida siempre fue ser madre y así lo demostró siempre con el amor que profesaba hacia su pequeño hijo.

“Era única, una mujer íntegra como hija, madre, nieta, amiga, prima; muy servicial, atenta, bondadosa, con un corazón único, alegre, extrovertida y durante todo el año esperaba la llegada de la Navidad para visitar su casa materna, con especial atención hacia sus abuelos José Vicente y Leonor”, dijo.

Destacó que su prima no era paciente medicada, nunca tuvo una historia clínica con un psiquiatra, por lo que  la familia descarta que haya atentado contra su vida. “No sabemos exactamente lo ocurrido en el lugar porque solo estaba la familia del papá del niño, la empleada doméstica y en ese momento entendemos, llegó la madre del esposo; hay muchas preguntas sin respuestas”.

Pidió justicia y una respuesta a este amargo momento, que hoy oscurece el cielo de Granada al tener que despedir a una de sus ejemplares hijas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *