Llorando, Claudia Bahamón revela qué ocasionó el accidente donde murió su padre
«Él alcanzó a llamarnos, él alcanzó a hablar con nosotros, él alcanzó a contarnos lo que le pasó», relató la presentadora.
laudia Bahamón se refirió por primera vez a la muerte de su padre, Germán Bahamón Vanegas, y la forma en que ha afrontado el duelo. Cabe recordar que Bahamón Vanegas falleció el 7 de noviembre de 2019, después de un accidente de tránsito en el departamento de Bolívar.
La presentadora confiesa que hay momentos en que pierde la fe y que aún le duele pensar que no le respondió la última llamada que él le hizo: «Me devuelvo en el tiempo, a ese 7 de noviembre, y veo mi teléfono y aún tengo guardada la llamada perdida de mi papá. Y siempre me reclamo a mí misma: ‘Dios mío, ¿por qué no le contesté ese último día?'», contó ella a Noticias RCN.
Además, reveló que su papá sufría de microsueños y que esa fue la causa del accidente: «Yo creo que la gente no lo sabe. La razón real por la cual mi papá muere es porque él tenía una condición que puedo decir que la tiene uno de mis hermanos, y yo también: sufrimos de microsueños».
«Mi papá no podía manejar largo porque se quedaba dormido. Cerró los ojos diez segundos, seguramente, y en esos diez segundos se chocó. Estaba destinado a que pasara de esa manera. Sabíamos que podía pasar de esa manera«, relató la presentadora.
«Él alcanzó a llamarnos, él alcanzó a hablar con nosotros, él alcanzó a contarnos lo que le pasó y unos minutos después tuvo un paro respiratorio y murió», añadió.
La presentadora, además, habló de lo difícil que ha sido para ella afrontar la muerte de su padre: «Siento que hay días que estoy bien, hay días que no estoy tan bien, hay días que la pensadera le juega a uno una mala pasada…».
«No me he sentado a leer ni he tenido un coach espiritual acerca de cómo llevar un duelo. Sin embargo, debo decir que sí hay unas etapas por las cuales he pasado y me he cuestionado mucho. Todavía la vida he creído en Dios, creo en Dios. Sin embargo, cuando esto sucede sí le reclamo a Dios, y sí se lo reclamo porque yo siento al final que es mío y que no me lo podía quitar de las manos».
Al final, ella entendió que no quería transmitirles a sus hijos la imagen de una mujer que toda la vida se lamenta y le reclama a Dios por la muerte de su padre: «Eso no es lo que yo quiero que mis hijos vivan de su mamá […] Y empecé a darle una razón de ser: quienes llegan al lado de Dios es porque ya cumplieron su propósito».
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