México llora a su niña Fátima, sacada de la escuela por una desconocida y asesinada cruelmente
Su cuerpo torturado fue hallado sin órganos y dentro de una bolsa. Autoridades buscan, con este retrato hablado, a la mujer que la secuestr
El crimen de Fátima Cecilia Aldriguett, de 7 años, disparó la indignación de los ciudadanos que consideran al Gobierno mexicano incapaz de detener la crisis de violencia en un país con unos 90 homicidios diarios, diez de ellos feminicidios.
Sin haberse recuperado todavía de la conmoción por el asesinato la semana pasada contra Ingrid Escamilla, descuartizada presuntamente a manos de su pareja, México amaneció con la noticia de un nuevo crimen escabroso.
El cuerpo de Fátima fue encontrado una semana después de su desaparición en una bolsa de plástico sin órganos y con signos de tortura en la alcaldía Tlahuac, en el sur de la capital mexicana, cerca de Santiago Tulyehualco, donde vivía con su familia.
La última vez que se vio con vida a la niña, de 7 años, fue el pasado 11 de febrero. Su madre llegó 20 minutos tarde a recogerla al colegio. Otra mujer, cuya identidad todavía se desconoce, ya se la había llevado, según recogen las grabaciones de las cámaras de seguridad de la zona.
Según las autoridades, solo hasta el miércoles 12 de febrero su familia interpuso la denuncia por la desaparición.
El retrato hablado de quien la secuestró fue divulgado este martes por la Fiscalía General de Justicia (FGJ) y por la que ofreció una recompensa de dos millones de pesos mexicanos.
La entidad, además, investiga si el crimen fue un feminicidio.
La alcaldesa de la capital, Claudia Sheinbaum, acompañó a la familia en la entrega del cuerpo por parte de los servicios forenses, donde se comprometió a que el crimen no quede impune.
«Sobre todo, justicia. Eso es lo que yo le dije a los familiares y lo que le digo a la ciudadanía. La seguridad para nuestras niñas y nuestras mujeres. Ese es mi compromiso», expresó ante la prensa.
Ante la jefa del Gobierno capitalino, la madre de Fátima, María Magdalena Antón, acusó como responsable a Alan Herrera, quien habría agredido a otros miembros de la familia, aunque las autoridades no lo han confirmado.
«Yo quiero que me apoyen, porque hoy fue mi hija, mañana puede ser la de ustedes», expresó desconsolada la madre ante la prensa. Familiares de la víctima consideraron que las autoridades no les hicieron suficiente caso cuando denunciaron la desaparición de la niña
El pueblo se vuelca con la familia
Como muestra de indignación por el crimen, los vecinos bloquearon el lunes los accesos a Santiago Tulyehualco, ubicada en Xochimilco, en el sur de la capital mexicana, y exigieron justicia a las autoridades. «Nos quieren ver la cara», exclamaban.
En la puerta de la Escuela Primaria Enrique C. Rebsamen, lugar donde fue secuestrada la menor, pegaron carteles con mensajes de indignación como «Ni una más. Ya basta», «Por un pueblo sin violencia» o «Justicia para Fátima».
Vecinos se acercaron a la casa de Fátima, a pocas calles del colegio, donde se instaló el velorio, para dar el pésame y colaborar con dinero o comida para la familia.
«Ahora estamos sufriendo por mi nieta, mañana quién va a sufrir por un hijo o una hija. Y pasado y así continuamente. Que las autoridades están para cuidar la población tanto la local como la federal», dijo Guillermo Antón, abuelo de la víctima, en la puerta del domicilio.
Además, recriminó a la dirección del colegio por dejar salir a Fátima y no reportar que se la llevó una desconocida.
Tanto el abuelo como los vecinos coincidieron en que Santiago Tulyehualco es una de las zonas con más criminalidad e inseguridad de la ciudad, donde muchas personas se organizan para defenderse, y exigieron a las autoridades que tomen cartas en el asunto.
«Nosotros queríamos como pueblo unirnos y agarrar a esos malditos por lo que hicieron. Y el movimiento estuvo fuerte ayer en la noche», indicó Verónica Camacho, amiga de la familia.
Los feminicidios, en el punto de mira
Con cada escabroso crimen que sale a la palestra, aumenta la ira en México ante un Gobierno que no parece estar a la altura de la situación. El presidente mexicano, el izquierdista Andrés Manuel López Obrador, culpó al neoliberalismo de este tipo de crímenes.
«Se miden los homicidios, pero no se mide el grado de descomposición social que produjo el modelo neoliberal», dijo el mandatario en rueda de prensa cuestionado sobre el homicidio de Fátima.
La muerte de la niña llega en plena ola de indignación por el asesinato la semana pasada de Ingrid Escamilla, que desencadenó tensas manifestaciones antifeminicidios en la capital mexicana.
Ciudad de México fue la tercera entidad del país con mayor número absoluto de víctimas de feminicidio en 2019, al reportar 68, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), que sitúa a Veracruz y Estado de México en los primeros lugares.
Por otro lado, la capital del país registró 128 asesinatos de mujeres como homicidio doloso, un crimen que, a diferencia del feminicidio, no contempla la violencia machista o de género como el motivo.
Efe