25 de noviembre
Actualidad

A Duque se le salió el país de las manos: Senador Guillermo García

Los hechos recientes de violencia registrados en los últimos días en los departamentos del suroccidente del país, ameritan un análisis profundo y una reflexión de gran rigor.

No es un secreto que se le está saliendo de las manos el Cauca, la Costa Pacífica y el país al Estado colombiano y al Gobierno del presidente Iván Duque, los bandidos ya campean hasta en las rutas fluviales y nosotros fuimos testigos directos en días pasados. Contrarrestar el accionar delincuencial no es con pronunciamientos, ni con pañitos de agua tibia, es con resultados y con toda la contundencia institucional y de sus Fuerzas del orden.

Lo que se viene presentando en el departamento del Cauca es de absoluta gravedad, uno de los casos más crueles y atroces, el sucedido recientemente contra la vida de Karina García Sierra, candidata a la alcaldía del municipio de Suárez por el Partido Liberal, Karina y otras cinco personas, incluida su señora madre fueron ultimados e incinerados en momentos en que desarrollaban labores propias de su actividad política por la zona rural de Betulia en ese municipio.

No sólo murió la candidata, que seguramente sería la alcaldesa de la población, murió una madre, murió una joven líder que se abría pasos en la política regional y murió una valiente mujer que desafío todas las amenazas locales que tenía a su alrededor.

Las víctimas fueron atacadas por desconocidos, al parecer integrantes de grupos armados ilegales que operan en la zona, de la manera más brutal, episodio que nos recordó otros, igual de atroces, ocurridos en décadas anteriores cuando la época de la violencia acorralaba a los colombianos.

Karina García, es la víctima número 210 en la era del Gobierno del presidente Duque y es la víctima 103 del año 2019. Estás muertes no pueden quedar en una estadística más, pueden haber mil consejos de seguridad en Popayán y el Cauca, pueden ofrecer millonadas de recompensa, de nada sirve, ya acabaron con sus vidas. Por eso, hay que evitar a toda costa que nuevos actos de sangre y de violencia enluten a más familias colombianas

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Quienes somos defensores de la Paz y la reconciliación nacional, desde luego que condenamos y reprochamos de todas las formas este acto vil y cobarde que segó la vida de seis compatriotas de bien, no es posible que el Estado colombiano, que el Gobierno nacional no pueda garantizar a plenitud el derecho a la vida de las personas, que no brinde garantías de protección a sus ciudadanos, eso realmente es triste y deplorable. El Gobierno parece atado, amarrado, no despega, no brinda condiciones de seguridad a su gente, eso es triste y lamentable.

El país tiene que voltear su mirada al Cauca, un departamento hermoso, con toda la riqueza natural y ambiental, cuna del Macizo Colombiano, de ilustres e históricos personajes y de gente buena y trabajadora, pero hoy, la realidad es otra, el Cauca se ha convertido en escenario y cuna de unos pocos bandidos que hacen daño, que desplazan, que despojan tierras, que asesinan a quienes se oponen sus oscuras pretensiones.

Da impotencia ver en las noticias como en un solo fin de semana resultan muertas de forma violenta quince personas en el Cauca, sobre todo en municipios del norte, ese baño de sangre tenemos que pararlo.

No es posible también seguir siendo testigos mudos ante nuevas oleadas de violencia, según la Misión de Observación Electoral –MOE-, en lo que va corrido de las campañas políticas, menos de dos meses, la cifra de candidatos a corporaciones públicas asesinados ya se eleva a cinco, ¡eso es algo irracional!.

Hoy el Cauca, Nariño y otros departamentos del suroccidente colombiano viven constantemente con la zozobra de las balas de los grupos armados ilegales, de las disidencias, de bandas criminales, que se disputan el control territorial por el dominio de las rutas del narcotráfico, y la pregunta es ¿qué pasa que las autoridades no atienden las alertas tempranas de la Defensoría del Pueblo, ¿por qué no actúan a tiempo?.

Ojalá más temprano que tarde las autoridades den con el paradero de los responsables, autores materiales e intelectuales y sobre ellos recaiga todo el peso de la Ley.

Nuevamente desde el Partido Liberal, enviamos nuestras profundas condolencias nuestro sentido pésame y nuestra voz de duelo para todas las familias que han perdido a sus seres queridos en estos cobardes y despiadados actos de violencia.

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