25 de noviembre
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A la memoria de ‘Tico’ Aroca: Solo se muere el que se olvida

 

Valledupar extraña a un buen amigo, ese era Alberto ‘Tico’ Aroca, o simplemente Tico. No había otro igual, no necesitaba apellido cuando uno se refería a él, porque ya se sabía de quién se trataba. Era una persona buena, un buen profesional, un buen padre, buen esposo, y un excelente amigo.

Hace pocos días se marchó. No se fue porque quiso; se lo llevó el desamor, se lo llevó la vida que no queremos vivir, se lo llevó esa misma muerte a la que todos estamos condenados, pero de una forma rara en seres como él. Se lo llevó un adiós y lo arrastró la misma vida cuando se acaba el existir.

Extrañaremos sus charlas amenas, extrañaremos los encuentros en su consultorio. Extrañaré sus consejos para el buen crecimiento de mi hijo; y también extrañaré su solidaridad y su apoyo en mis eventos para perpetuar el legado de mi padre. Precisamente ese fue nuestro último encuentro, allí estuvo junto a Alfredo de la Fe, acompañándome en la conmemoración de su décimo aniversario, en La Plaza Alfonso López.

No sé qué sigue después de la vida Tico, pero estoy segura que tu viaje será a ese lugar, destinado a albergar las almas buenas. Vuela tranquilo amigo, alcanza la eternidad, esa que está destinada a seres tan especiales como tú. Solo se muere el que se olvida, y tú querido Tico, siempre serás recordado por todos los que tuvimos el privilegio de contar con tu amistad.

Dios te acoja en su reino.
tarynescalona@gmail.com

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