Sacerdote herido tras desarmar a delincuente en atraco a la iglesia en Nuevo Amanecer
De un ladrillazo en la cabeza fue herido el párroco de la iglesia María Madre de la Unidad, en el barrio Nuevo Amanecer en el noroccidente de Valledupar, Rodolfo Reyes, por parte de un delincuente, luego que el sacerdote se enfrentara a este y a otro más, cuando pretendían cometer un atraco a mano armada a un feligrés al finalizar la misa.
El párroco al percatarse de la intención de los dos atracadores forcejeó con ellos, siendo golpeado en la cabeza. Dijo que iba saliendo de la iglesia cuando observa a un hombre apuntando con un revólver a uno de los fieles.
“En ese momento me le atravesé, me preguntó ¿usted quién es?, le respondí soy el padre, me pidió el celular y le dije que se saliera de la iglesia, mientras que el otro delincuente le decía que me matara. El tipo acciona el arma, pero no le funcionó”, relató.
Dijo que cuando el arma no dispara se le lanzó al ladrón, hasta desarmarlo, pero el otro le pegó con un ladrillo. En la huida los delincuentes se cayeron de la motocicleta en que se desplazaban, la cual fue incinerada por la comunidad.
El caso ocurrió la mañana de este domingo, luego que terminara la misa, cuando los dos delincuentes se acercaron al lugar para despojar de sus pertenencias a un feligrés. Tras propinarle el golpe al párroco, la gente comenzó a gritar, por lo que los ladrones huyeron a pie del lugar, mientras el padre Rodolfo Reyes, fue trasladado a una clínica en esta capital, donde le tomaron seis puntos en la cabeza.
La iglesia está ubicada en la carrera 5B entre calle 40 y 39, en inmediaciones del barrio La Roca, y el colegio de Comfacesar, teniendo cerca sectores como La Nevada y Campo Romero, entre otros sectores críticos en materia de inseguridad.
No es la primera vez que ocurren actos delictivos en cercanías a esta iglesia, en el pasado el propio padre Rodolfo Reyes hizo un llamado a las autoridades para que reforzaran la presencia de la fuerza pública en el sector debido a que por temor muchos feligreses han dejado de asistir a las misas.
“Los feligreses vienen con miedo, aquí yo celebro la misa los domingos con 40 personas, porque muchos no vienen por miedo a ser víctima de la delincuencia”, había precisado el sacerdote tras los hechos de inseguridad en la zona. Miguel Barrios/EH