La Reconciliación a Través de la Promiscuidad
Por: Enrique Antonio De Luque
La identidad del ser humano se estructura por diferentes variables enmarcadas dentro de su entorno, las cuales unas son externas y otras internas, para ser más explícito; En la externa destacamos la región geopolítica, donde desarrolla su actividad el individuo, la cultura, la familia, las normas, en fin todo aquello que influye en la formación y comportamiento.
Las internas que son las que le permiten proyectar su imagen, como lo es: La forma de vestir, comunicarse, tratar y pensar; siendo esta última la que en realidad al expresarse le permite al receptor crear y confirmar la imagen, porque no somos lo que creemos ser, sino como nos definen los que perciben nuestra proyección, a través de nuestro lenguaje corporal y oral, con el cual representamos nuestros conceptos, en este caso en particular, al cual pretendo referirme es, a nuestra ideología política, que en los tiempos de mis abuelos a manera de ejemplo, el peinado de los hombres permitía identificar su ideología.
Hablar de desigualdad, de falta de oportunidades laborales, del mal pago de los trabajadores de la salud, me convierte en Petrista, óigase bien, esto no en un pensamiento liberal, sino, de una para el socialismo, y de manera extremista a ser guerrillero, ahora bien, si opino, que el que trabaja, debe ser remunerado bien, que hay que garantizarle a los emprendedores e inversionistas la seguridad de sus capitales, y generar para ellos políticas tributarias que sean atractivas, y que no todos nacimos para ser empresarios, sino que debe haber un equilibrio para que el estado funcione, que no estoy de acuerdo con mantener al improductivo so pretexto que el estado debe proveernos todo, sino, que existan las empresas privadas, mixtas y públicas, que los sindicatos, han acabado con muchas empresas en Colombia, entonces soy Uribista, no de un pensamiento conservador o de derecha, no señor Uribista, lo cual me convierte en enemigo de los Petrista y por pensar así mi vida corre peligro.
Los últimos acontecimientos en Colombia me han hecho reflexionar, sobre cómo la muerte de un ser humano, es explotada como plataforma ideológica y de posiciones políticas, es decir que el reconocimiento a esa barbarie, depende ahora de su manera de pensar e ideología política. No voy a mencionar los nombres por respeto a sus memorias, pero un asesinato en tierra alta córdoba, el otro en Valledupar de manera simultánea, el primero escándalo nacional, el otro pasó desapercibido, las razón en el primero le servía a los mercaderes de la política para ganar protagonismo, el segundo uno más para salir en los periódicos amarillistas; el dolor de las familias, amigos y conocidos ya no importa, hoy es otra época, en donde el país está totalmente polarizado, como la canción, amigo cuanto tienes, cuanto vales, acá es, amigo como piensas, que ideología tienes, así vale tu vida; una pérdida de un ser, de manera cruel bajo las balas del sicariato, debería tener repudio de toda la sociedad y no color político, no hay justificación alguna para que se nos arrebate la vida por pensar diferente.
Así que desde hoy para preservar mi vida, con la convicción de que en mi patria querida se necesitan políticos éticos y ciudadanos coherentes, cumplidores de las normas, en donde erradiquemos la corrupción entre todos, sancionando en las urnas a los postulados, que no cumplan con la constitución y las leyes colombianas, declaro públicamente que estoy casado con Petro pero soy amante de Uribe.