24 de noviembre
Opinión

El encanto de Valledupar

Por: Enrique Antonio De Luque

Toda visita a una ciudad genera unas expectativas sea esta por primera vez o que hace tiempo sin hacerlo, es entonces cuanto en tu imaginario se inicia un recorrido de lo que puede ser o no ser, si aún existe o dejado de existir, todo esto es un proceso mental que se reafirma en el momento de verdad donde se une lo irreal con lo real y es entonces donde aparece la magia.

Valledupar si tiene magia, desde que usted comienza a tener ese primer momento de verdad se enfrenta con los cañahuates florecidos que engalanan el paisaje, como si fueran postales enviadas desde el occidente y se enclavan en la tierra del Cacique, ahí, se inicia la química, te enfrentas luego a una ciudad que no ha perdido su esencia de provincia, de esa nobleza del provinciano que cree y confía en quien lo visita, es por esa razón que abre las puertas de su casa para atender todo el que la visita y la mejor forma de hacerlo es con una parranda vallenata, donde se le canta al amor, al amigo y se muestra al valle con poesías hecha canción, entendí entonces que las parrandas más que tragos y bullicios es la mejor manera de demostrar afecto por el visitante.

Continua el recorrido por este valle mágico y encuentras que en su fiesta mas tradicional en el desfile principal le cantan al visitante, al amigo que llego para compartir con ellos sus alegrías por eso en el desfile de piloneras al unísono se escucha esto que dices asi : “a quien se le canta aquí, a quien se les da las gracias, a los que vienen de afuera o a los dueños de la casa” está en los vallenatos ese estribillo inmerso en su ADN, es por ello que no hay foráneo que no se le invite a bañar en el rio Guatapuri para que regrese como lo afirma la narrativa tradicional y que decir de su sirena encantada y su cueva.

Valledupar es de las pocas ciudades de Colombia que usted aún se puede parar en una esquina con la seguridad que va a pasar un conocido y con estas palabras lo lleva a donde usted valla “manito que hace ahí, para donde va, súbase que yo lo llevo, no se preocupe que usted es mi hermano” en esta ciudad aun en las mañanas se siente el olor a café recién hecho y las vecinas barren las puertas de las casas con los comentarios de lo sucedido el día anterior, en donde los platos de comidas se cruzan entre ellos, porque se conocen hasta los gustos, las direcciones se dan con referencias de casas con nombre de sus propietarios y se distinguen entre ellos en las calles, porque tú eres del barrio Primero de Mayo, Dangon o Garupal por nombra algunos.

Como la canción: Valledupar prospera ciudad, no pierdas tus encantos y consérvate asi: mágica y encantadora y que lleguen muchos más visitantes como yo, que al enfrentarnos a la realidad nuestra imaginación, quede corta con la majestuosidad de mi valle.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *