Hija de médico vallenato, la niña que murió arrastrada por un arroyo en Barranquilla
Una verdadera tragedia vive en Valledupar, la familia de la niña Salome Paz Ramos, la pequeña que murió tras ser arrastrada por el arroyo El Salao en Barranquilla cuando iba en un carro con su mamá y su padrastro. El hombre se salvó y la mujer sigue desaparecida, mientras que el cuerpo de la menor fue encontrado en las últimas horas.
Salome Paz Ramos es hija del médico vallenato, Rodrigo Paz y quien ha estado, junto con sus hermanas, apoyando el trámite de la respectiva necropsia para posteriormente sepultarla en la capital del Atlántico.
La tragedia inició desde el pasado lunes, cuando Madeleyn Ramos García conducía un Chevrolet Spark en compañía de su hija Salome y su compañero sentimental, Marlon Sandoval, cuando fueron arrastrados por la furia del arroyo El Salao, en el municipio de Soledad (Atlántico).
“Mi esposa se asusta y pierde el control del carro. El agua comenzó a llenar el vehículo y ella me dijo que salvara a la niña y me la da, pero en ese momento el carro se movió y comenzamos a tragar agua” relató Marlón Sandoval, el único sobreviviente.
El cuerpo de la menor fue hallado la tarde del martes, luego de permanecer 23 horas sumergido en aguas del caño El Platanal, mientras que las autoridades siguen la búsqueda de la madre.
“Lo que conocimos es que Madeleyn Ramos García logró ser sacada del arroyo, pero al ver que su hija no estaba se volvió a tirar a buscarla y de ahí desaparecieron las dos”, relató la tía de la menor, Carolina Paz.
Amor de abuelo
En medio de la tragedia hay una historia de amor y de conexión que muchas veces no tiene explicación. Rodrigo Paz, bisabuelo de la menor Salome y residente en Valledupar, no conocía a su nieta, pero este fin de semana tomó la decisión de que no esperaría más la promesa de la madre de la pequeña en traerla a la capital del Cesar y viajó a Barranquilla a conocerla.
“Mi abuelo se puso de acuerdo con Madeleyn para conocer a la niña y el domingo se logró el encuentro, hasta foto se tomó con la pequeña y ella feliz le contó a sus abuelos maternos que ya tenía otro abuelo”, contó Carolina Paz.
El hombre que hoy tiene el corazón partido en mil pedazos, agradece a Dios que le permitió conocer a Salome y tenerla en su brazos así haya sido por un corto tiempo.