No seas reflejo, se luz
Por Wilman Rosado
La vida es efímera como el aire, como el sol en su crepúsculo o como la noche que permite ver la estrella, así es el ser humano, un destello de luz que conduce con vigor y termina debilitada por el esfuerzo en su camino apagándose por completo. Así fue Martin, así fue mi padre. Sigiloso y hábil para una respuesta, torpe y obtuso a la pereza, autentico y único en su carácter, parrandero e interlocutor en sus tertulias, elocuente al hablar y coherente al actuar, permisivo al amor y temerario a un mal consejo, determinante en sus decisiones y conocido por sus dichos peculiares.
Así era Martin, así era mi padre, brillando con luz propia. Un ser humano con muchos defectos, que en su actuar se equivocó, como también no sabía elegir en algunas veces, así somos todos, seres imperfectos. Así era Martin, así era mi padre, pero siempre brillando con luz propia. Luz que para su familia es un sendero que hoy desde el cielo sigue irradiando nuestro camino para que no tropecemos y no nos equivoquemos, de esa forma es Martin… Nunca ‘permitió que un hermano, hijo y amigo se equivocara en su camino, y si así sucediera, él estaba ahí para apoyar, darte la mano y si no era el caso, te acompañaba hasta el final. Así era Martin, así era mi padre, siempre con luz propia.
Hoy no está con nosotros, decidió irse, y si, así como leen, decidió irse y Dios permitió su deseo. Sin descubrir el motivo y mi corazón apesadumbrado solo tengo y llevo conmigo su cara alegre y su sonrisa suspicaz, su mirada fiel al amor y sincera. Ese es Martin, ese es mi padre.
Un día le dije a mi padre “que vivía orgulloso de ser su hijo pero que no quería parecerme a él”, si hoy me preguntan lo mismo daría la misma respuesta; porque sé que él desea que sus hijos Maira, Micela, María Cleofe y yo fueran mejor de lo que él era. Amo y viviré orgulloso de que Martin Rosado sea mi padre. Y él, este donde este, al lado de nuestro señor padre, su mamá Olfrida Barrios y sus hermanos Alex y Manuel Rosado está orgulloso de su familia.
Martin Rosado fue y será luz propia.
Agradezco a todo aquel que acompaña nuestro dolor.