Kankuamos de La Mina producirán legumbres y hortalizas
100 familias de la comunidad indígena Kankuama del corregimiento de La Mina serán las beneficiadas con la producción de legumbres y hortalizas con la construcción de un invernadero que será entregado este jueves por el Gobierno Nacional, a través de la Agencia Nacional de Tierras.
La iniciativa del Resguardo Kankuamo – Centro Educativo La Mina, tuvo una inversión de 440’700.500 de los cuales la Agencia aportó 387’900.500 pesos y el resto la comunidad.
Con la implementación del sistema tipo invernadero se busca suplir las necesidades de producción de hortalizas y legumbres, como tomate, frijol, lechuga, cilantro entre otros, además para trasmitir el conocimiento con herramientas prácticas del aprender haciendo en actividades agrícolas.
El mantenimiento de estos invernaderos correrá por cuenta de las mismas comunidades que, de manera simultánea a la construcción y siembra, han recibido capacitación técnica y agrícola.
En el Centro Etnoeducativo La Mina se encuentran vinculados directamente 280 alumnos al proceso de formación, y en forma indirecta 1.036 alumnos que conocen y se han capacitado en el sistema de producción en el invernadero.
Estos jóvenes participaron de las capacitaciones para recuperar el conocimiento tradicional de cultivo de tomate, cilantro, lechuga, berenjena, pepino cohombro, perejil, plantas aromáticas, plantas medicinales, espinaca y acelga.
Indígenas de La Guajira.
El proyecto total tuvo un inversión superior a los $1.000 millones, el Gobierno Nacional, a través de la Agencia Nacional de Tierras, y tres comunidades indígenas, construyeron invernaderos para la producción de legumbres y hortalizas que nutrirán a más de 355 familias de la baja, media y alta Guajira.
La producción de vegetales de clima frío y templado se logró a través de la implementación de tecnología israelí que permite controlar la temperatura en regiones especialmente secas.
Lo anterior significó también garantizar el suministro permanente de agua sacada de pozos que superan los 90 metros de profundidad y que se ayudan con energía solar y eólica para su correspondiente distribución.
“Estamos produciendo comida en pleno desierto”, sostuvo Miguel Samper Strouss, director general de la Agencia de Tierras.
“Es un logro enorme que conseguimos trabajando con ganas y de la mano con las comunidades. Queremos que en La Guajira se acaben el hambre y las malas noticias. Estos invernaderos son una gran oportunidad para la seguridad alimentaria de cientos de familias”, señaló.