25 de noviembre
Internacional

La exfiscal despedida por Trump advirtió sobre un ‘chantaje’ de Rusia

La exfiscal general Sally Yates, que fue fiscal general de Estados Unidos de manera momentánea durante diez días, compareció ante un subcomité del Senado que investiga la presunta injerencia rusa en las elecciones presidenciales. Allí aseguró que dio previo aviso a la Casa Blanca de que Michael Flynn, exasesor de Seguridad Nacional, había dicho mentiras sobre lo hablado con Rusia y se encontraba expuesto a un ‘chantaje’ por parte del país asiático.

Es la primera vez que Yates habla sobre la investigación rusa desde que fue despedida en enero por su rechazo al veto de Trump para prohibir la entrada a EE.UU. de refugiados y nacionales de siete países musulmanes.

“Me complace presentarme ante ustedes esta tarde para hablar de un tema tan fundamental como la injerencia de Rusia en las elecciones presidenciales del año pasado», dijo.

Según Yates, “los esfuerzos de un Gobierno extranjero para interferir en las elecciones de EE.UU. o de otros países suponen una amenaza para todos los estadounidenses”.

Asimismo, se conoció que la exfiscal supuestamente tuvo acceso a una transcripción de las conversaciones de Flynn. «Las mentiras era un problema, no solo porque los rusos sabían esto y tenían información sobre eso, sino porque pensábamos que podía ser utilizado por ellos para hacer chantaje», sostuvo.

La mujer, hoy pieza clave en la polémica de la posible interferencia de Rusia en las elecciones norteamericanas, también informó que tuvo dos encuentros con el asesor jurídico de la Casa Blanca, Donald McGahn, uno en persona y otro por teléfono, donde le alertó de las conversaciones de Flynn.

Cabe recordar que Flynn renunció en febrero por haber mentido a al vicepresidente Mike Pence y a otros altos oficiales del Gobierno sobre las conversaciones que mantuvo el 29 de diciembre, con el embajador ruso, Sergey Kislyak, antes de que Trump tomara posesión. Esta dimisión se consideró como una de las primeras crisis políticas del nuevo Gobierno de los Estados Unidos.

El exasesor de Seguridad Nacional había argumentado que lo hablado con el embajador ruso eran temas personales de sus vacaciones, pero en realidad habló con él sobre las sanciones que impuso Barack Obama a funcionarios de la inteligencia rusa por la supuesta injerencia del Kremlin en las elecciones presidenciales para favorecer el triunfo de Donald Trump.

Este escándalo ha pasado a conocerse como «Rusia Gate» en alusión al escándalo del Watergate que acabó en 1974 con la presidencia de Richard Nixon.

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